«Eran las 12 de la noche. Nos agarraron dormidos, cuando se escuchó que despegaron las máquinas de los vagones y se fueron. Aquí nos dejaron en medio de la nada, expuestos a los cárteles, porque nos hemos enterado de que esta es zona complicada de seguridad, pero de aquí no nos moveremos, hasta que vuelvan a conectar el tren», relatan los migrantes que se quedaron varados en el tramo ferroviario que atraviesa la comunidad Miguel Hidalgo de Ojuelos, en el municipio de Fresnillo, en Zacatecas.

Son decenas de vagones, donde viajan más de mil 500 migrantes procedentes de Venezuela, Honduras y El Salvador y de otras nacionalidades. Hay muchos niños, adolescentes, mujeres y hombres adultos, incluso, refieren que, por la madrugada de este viernes, una mujer que tenía nueve meses de embarazo tuvo que dar a luz en los vagones.

Autoridades militares y de seguridad confirmaron que se desplegó un operativo en esa comunidad del municipio de Fresnillo «con la finalidad de inhibir las actividades de los grupos delictivos que intenten reclutarlos».

Entrevistados, mencionan que desde hace 2 meses que salieron de sus países de origen con el único objetivo de cruzar la frontera y llegar a Estados Unidos a cumplir el sueño americano, pero hace un mes que en México se les han dificultado cada vez el transitar, ya que muchos de ellos han sido regresados por los elementos de migración.

«A muchos de nosotros nos han regresado en varias ocasiones a Chiapas, pero nuevamente emprendemos el camino en este bicho, es nuestro único medio de transporte, porque si viajamos en autobús nos quitan nuestros papeles migratorios, pero, ahora se han endurecido más las autoridades migratorias mexicanas con nosotros, porque han decidido parar los trenes y dejarnos solos a nuestra suerte», comentan.

Consideran que esta nueva medida de las autoridades mexicanas «la han aplicado con maldad (…), mire dónde nos dejaron, en terrenos aislados, semidesérticos, no hay gente, ni casas, ni comercios, ni carreteras cerca».

«Tenemos miedo de que seamos presa de que nos secuestre el crimen o nos haga algo, mire, traemos niños, mujeres, discapacitados, gente hasta de la tercera edad, porque en la madrugada vimos en la oscuridad que se acercaron vehículos extraños que echaron luces, no supimos a qué vinieron», relatan.

Aseguran que por la mañana un grupo de 4 jóvenes decidieron ir caminando al pueblito que se ve a lo lejos a buscar comida, pero, les preocupaba que ya llevaban muchas horas sin saber de ellos: «Esperamos que regresen pronto y que solo hayan ido a cargar sus celulares».

Algunos de los venezolanos comentaron que han cruzado por nueve países, pero, en México, es donde se les han complicado mucho las cosas y cada vez migración les pone más trabas para seguir avanzando: «Aquí nos quedaremos hasta que vuelva a caminar el tren», advierten.

Destacan que afortunadamente «el pueblo de México nos ha dado comida, ropa, es gente muy solidaria, estamos muy agradecidos con toda la gente mexicana, pero no con los de migración, ellos son las autoridades y nos maltratan, no respetan nuestros derechos humanos, ni nuestro libre tránsito. No entienden que no nos queramos quedar en México, sino llegar a Estados Unidos».

DESPLIEGAN VIGILANCIA

Por la tarde, al lugar arribó personal militar, de la Guardia Nacional y patrullas de Seguridad Pública, así como ambulancias que comenzaron a brindar atención médica a los migrantes.

Autoridades de seguridad y de la Secretaría de la Defensa Nacional confirmaron que se desplegó personal a la comunidad Miguel Hidalgo de Ojuelos «con la finalidad de inhibir las actividades de los grupos delictivos que intenten reclutarlos, materializando reconocimientos terrestres y seguridad perimétrica».

De igual manera, se informó que, en coordinación con las autoridades federales de control y verificación migratoria del estado de Zacatecas, se acudió para brindar atención médica, alimentación y albergue a los migrantes que lo requieran. De igual manera, al lugar han acudido grupos de personas voluntarias que les han llevado comida y ropa.

Los migrantes se formaron para recibir la ayuda, otros más aprovecharon ir debajo de los huizaches a cambiarse, otros en una tapia comenzaron a bañarse con el agua que les llevaron, incluso, algunos migrantes hicieron fogatas con las varas secas de los arbustos y en algunas cacerolas que les llevaron la gente solidaria hacían huevo con salchichas.