Agencias

La UEFA convocó a una reunión extraordinaria de su Comité Ejecutivo para evaluar la situación y tomar las decisiones necesarias, ante la evolución de los acontecimientos en las últimas 24 horas entre Rusia y Ucrania.

“Tras la evolución de la situación entre Rusia y Ucrania en las últimas 24 horas, el presidente de la UEFA ha decidido convocar una reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo para el viernes 25 de febrero a las 10:00 CET, con el fin de evaluar la situación y tomar todas las decisiones necesarias”, anunció el organismo en un comunicado.

La UEFA tenía programada una reunión de su Comité Ejecutivo para el martes 22 de marzo y está muy pendiente de la evolución de los hechos, sobre todo teniendo en cuenta que San Petersburgo es la ciudad designada para albergar la final de la Liga de Campeones de la presente edición.

Ya han comenzado a salir nombres de posibles alternativas. Desde medios ingleses se apunta a Wembley.

El mundo del deporte, pendiente del conflicto

El mundo del deporte sigue atentamente los acontecimientos del conflicto por la invasión de Rusia en Ucrania que ya han afectado a varias competiciones y pueden influir en otras muchas, al margen de las inevitables situaciones personales.

Federaciones y organismos internacionales monitorizan la situación desde que comenzó el conflicto y valoran las medidas que pueden llegar a tomar, siempre de acuerdo a la evolución del mismo y de acuerdo con las autoridades políticas.

La situación generada en Ucrania ya obligó a aplazar el encuentro de la fase de clasificación para el Mundial de baloncesto 2023 que tenían que disputar Ucrania y España el próximo sábado. La selección que dirige Ainar Bagatskis se encuentra en Córdoba para jugar y ante el inicio de la invasión se encuentra “sin ánimos” y ha decidido suspender el habitual entrenamiento matinal del día de partido.

La UEFA está muy pendiente de la evolución de los hechos, sobre todo teniendo en cuenta que San Petersburgo es la ciudad designada para albergar la final de la Liga de Campeones de la presente edición. Ya han comenzado a salir nombres de posibles alternativas. Desde medios ingleses se apunta a Wembley. Su Comité Ejecutivo tiene previsto reunirse el próximo 22 de marzo.

Las dos pasadas ediciones el máximo organismo europeo ya ha tenido que modificar las sedes de partidos eliminatorios y de la final a causa de la pandemia.

En la temporada 2019-20, en la que el título se iba a definir en Estambul, se disputaron a partido único los encuentros desde cuartos de final en Portugal y la final tuvo lugar en la Luz con victoria del Bayern Múnich sobre el PSG.

Y en la campaña 2020-21, en la que de nuevo la final se iba a jugar en la ciudad turca, el título se lo jugaron el Chelsea, campeón, y el Manchester City, en el estadio Do Dragao de Oporto.

También por la pandemia tuvo la UEFA que modificar el programa y escenarios de la Liga Europa 2019-20. Se jugaron en Alemania dos partidos de octavos, los cuartos, las semifinales y la final, en la que el Sevilla venció al Inter Milán en Colonia.

La presente Champions ha ofrecido el primer gran gesto público de apoyo a Ucrania. En el estadio lisboeta de La Luz, Roman Yaremchuk, internacional ucraniano delantero del Benfica, marcó ante el Ajax en el partido de ida de octavos de final y mostró bajo la camiseta encarnada benfiquista otra en la que dejó ver el escudo de su país, el ‘tridente ucraniano’ símbolo de la república, y lo besó.

Yaremchuk, según las normativas del organismo europeo, podría ser multado al estar prohibidos este tipo de gestos con vinculaciones políticas.

El también futbolista Ruslan Malinovskyi, jugador del Atalanta italiano, ha aprovechado sus redes sociales para expresar su preocupación por lo que se está viviendo en su país. Sobre un mapa del país con símbolos donde están produciéndose los ataques rusos, expresó: “Ucrania está siendo atacada ahora mismo. Por favor, ¡difunde la palabra y reza por nuestro país!”.

La FIFA trabaja intensamente alrededor de la repesca europea de clasificación para el Mundial de Catar 2022. Polonia ya ha preguntado oficialmente. Debe visitar a Rusia el próximo 24 de marzo en la semifinal de la ruta B. El ganador se enfrentará al vencedor del encuentro Suecia-República Checa. Ucrania tiene que visitar a Escocia en la ruta A y el que progrese se jugará una plaza ante el que lo haga del choque Gales-Austria.

Por otro lado, hace dos días la Federación Europea de Balonmano (EHF) ya tomó medidas sobre partidos de competiciones continentales ante el cariz que había tomado el conflicto. El organismo aseguró que no veía “actualmente ninguna opción de poder jugar partidos en Ucrania”.

Así, el encuentro entre el Motor ucraniano y el Barça, de la decimotercera jornada de la Liga de Campeones que debería jugarse el próximo 3 de marzo en la localidad de Zaporozhye, se trasladó a la ciudad eslovaca de Presov.

Además, el encuentro entre el propio HC Motor y el París Saint Germain, que se tenía que haber jugado el pasado 17, también se trasladó a Presov el 1 de marzo.

Tampoco se disputará en territorio ucraniano el encuentro de la fase de clasificación para el Europeo femenino de este año que debía enfrentar el 2 de marzo en Zaporozhye a las selecciones de Ucrania y la República Checa, que se jugará el 4 de marzo en la ciudad checa de Olomuc.

Igualmente la EHF se hará cargo de la organización de los encuentros de la primera ronda de la fase de clasificación para el Mundial masculino de Polonia y Suecia 2023 que enfrentará a mediados del próximo mes de marzo a las selecciones de Ucrania y Finlandia.

La Euroliga de baloncesto, con tres equipos en liza (Zenit San Petersburgo, CSKA Moscú y Unics Kazan), trabaja a toda velocidad. El próximo 3 de marzo el Villeurbanne francés debe visitar al Unics y el 4 el Real Madrid al CSKA.

Dentro de Ucrania obviamente la situación es más que difícil. El español Lluis Cortés, que llevó al Barça de futbol femenino a obtener el histórico triplete la pasada temporada, es desde noviembre el técnico de la selección nacional femenina ucraniana. Según explicó a EFE se encuentra junto a su compañero Jordi Escura, preparador físico, en Kiev a la espera de poder salir del país.