Agencias

Gobernadores de oposición en nueve estados de México anunciaron el miércoles que estarían a favor del uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos y de llevar a cabo más pruebas de diagnóstico por coronairus.

Se trata de la primera rebelión organizada en contra de las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, en las cuales se pone en duda el uso de mascarillas y se restringe la realización de pruebas únicamente a aquellos que desarrollen síntomas graves de COVID-19.

Los nueve gobernadores pertenecen al conservador Partido Acción Nacional y representan a casi una tercera parte de los 32 estados del país.

El gobernador Carlos Mendoza, de Baja California Sur, dijo que el objetivo sería duplicar el número de pruebas de diagnóstico al aplicarlas en lugares de trabajo, residencias y de manera aleatoria.

Desde que comenzó la pandemia, México apenas ha realizado pruebas a unos 3 de los 130 millones de habitantes del país, aproximadamente el 2,3% de la población. Los asesores del mandatario argumentan que realizar esos exámenes en mayor escala sería una pérdida de tiempo y dinero.

“Así no podemos visualizar la verdadera magnitud de la pandemia, ni tampoco enfrentarla exitosamente”, dijo Mendoza.

El mismo López Obrador rara vez porta mascarilla y sus asesores han dicho que éstas no protegen al usuario.