Agencias

El 8 de octubre del 2000 marcó la carrera de Cuauhtémoc Blanco. El mejor futbolista mexicano de aquel momento comandaba al Tricolor en un juego eliminatorio en el Estadio Azteca contra Trinidad y Tobago, en el que una criminal patada de Ancil Elcock lo rompió física y emocionalmente.

Cuau no volvió a ser el mismo. Si bien su talento le dio para romperla en México, aquella rotura de ligamento cruzado anterior, ligamento lateral y menisco le truncaron una carrera que lucía prometedora en España.

Si bien Elcock fue el villano público número uno por la patada, a 20 años de distancia Blanco Bravo lamenta el diagnóstico del Dr. José Luis Serrano, quien a la fecha trabaja en la Selección Mexicana, ya que le «mintió» y eso le dejó aún más devastado.

«Ese día (del México-Trinidad) recuerdo que el doctor Serrano me dijo que no tenía nada. Regresé a Valladolid y con las radiografías me dijeron que tenía roto ligamento cruzado, ligamento lateral y el menisco, la triada como se dice. A mí se me hizo algo injusto del doctor Serrano que está en Toluca y la Selección Mexicana, me dejó muy triste», contó el hoy gobernador de Morelos al Diario Récord.

«A los doctores del Valladolid les agradezco y al doctor Joaquín Ledesma que fueron los que me rehabilitaron y me sacaron adelante de esta lesión», agregó.