Durante su conferencia matutina, el mandatario enfatizó que esta acción evitó la privatización de la CFE, criticando a aquellos que buscaban su desmantelamiento para favorecer intereses privados.

El titular de la CFE, Manuel Bartlett, reafirmó que la empresa atiende a un amplio espectro de usuarios, desde el ámbito doméstico hasta la gran industria, y subrayó que no se han elevado las tarifas en seis años por instrucciones presidenciales. Según Bartlett, la CFE está a punto de alcanzar el 60% en la generación de electricidad a nivel nacional, lo que garantiza un suministro eléctrico a costos bajos para todos los mexicanos.

López Obrador señaló que de no haber intervenido, la participación de la CFE en la generación de electricidad habría caído a un 16% o menos, convirtiéndose únicamente en transportista de la energía generada por el sector privado. También destacó que la oposición continúa con campañas en contra de la paraestatal, alegando riesgos de desabastecimiento y falta de inversión en nuevas centrales y en la transición energética.

El presidente denunció que estas campañas no son acciones aisladas de corruptos y traficantes de influencia, sino que involucran a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial que han sido «comprados». Recordó que la ley eléctrica aprobada por el Congreso fue declarada inconstitucional por estos intereses, pero aseguró que su gobierno es perseverante y no dará marcha atrás en la transformación del sector energético.