Según señala con el cambio de las nuevas reformas solamente se hará el estancamiento económico en México, sin embargo perjudicara  a las dos naciones, pues de acuerdo AMLO tiene la intención de aprobar una serie de «reformas» para eliminar a los reguladores independientes o fusionar sus oficinas con agencias del poder ejecutivo.

Lo más preocupante para los inversores extranjeros: una propuesta para que todos los jueces federales y locales de México, incluida la Corte Suprema, sean elegidos por voto popular.

Esto traería mucha más migración pues en los últimos años México ha sido un país en el cual han llegado los migrantes para cruzar la frontera y con esto se han desarrollado instituciones dependientes y reguladores que combatan la corrupción. Por lo que el pueblo mexicano se ha beneficiado enormemente del mayor crecimiento económico, la inversión extranjera y las oportunidades que resultaron de estos cambios.

La propuesta de reforma judicial también socataría los esfuerzos clave de los Estados Unidos en México pues desde 2008, cuando los fondos comenzaron a fluir a la Iniciativa Mérida, un programa de seguridad bilateral único en su tipo para combatir el tráfico de drogas y el crimen organizado, Estados Unidos ha invertido miles de millones para construir una rama judicial independiente y competente en México. La esperanza era aumentar las tasas de enjuiciamiento, fortalecer el estado de derecho y hacer que el crimen organizado rinda cuentas.

El plan de AMLO de tener jueces elegidos dejaría de lado casi dos décadas de progreso con el golpe de un bolígrafo. Tampoco funcionaría ya que el crimen organizado controla aproximadamente un tercio del territorio de México, y un número récord de candidatos fueron asesinados en el.