Anthony Fauci, exjefe de asesores de Salud del presidente Joe Biden, ha admitido que las medidas de distanciamiento social y uso de mascarillas impuestas a los niños durante la pandemia de Covid-19 fueron improvisadas.
Esta revelación se dio a conocer después de que un comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, liderado por republicanos, publicara las transcripciones de un interrogatorio realizado a Fauci en enero.
En dichas transcripciones, Fauci comentó sobre la medida de distanciamiento social de dos metros, afirmando: «Sabes… no me acuerdo, simplemente se me ocurrió. Éramos cinco o seis en una discusión en el Instituto cuando lo propuse». Cuando se le preguntó sobre la evidencia científica que respaldaba esta recomendación, Fauci respondió: «No, no estaba al tanto de ningún estudio que respaldara esa propuesta. Incluso, sería un estudio muy difícil de hacer, no creo que exista».
La confesión de Fauci también abarcó el uso de mascarillas, donde de manera irónica comentó: «Quizás me basé en un estudio, o quizás no».
Las declaraciones de Fauci han provocado una fuerte reacción, especialmente después de que el Instituto Nacional de Salud (NIH) de los Estados Unidos evaluara las consecuencias de estas medidas. Según el NIH, tanto el uso de mascarillas como el distanciamiento social en niños han tenido impactos «muy negativos» en el proceso de aprendizaje y salud mental de los niños en edad escolar. Los informes señalan que estas medidas han sido responsables de trastornos como «depresión», «ansiedad», «pensamientos intrusivos» y «estrés agudo».
Este reconocimiento de Fauci sobre la falta de evidencia científica en las medidas prescritas ha suscitado un debate renovado sobre las políticas de salud pública implementadas durante la pandemia y su impacto a largo plazo en la salud mental y educativa de los niños.