El juicio por posesión de armas contra Hunter Biden, hijo del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, arrancó ayer lunes en un tribunal de Wilmington (Delaware) con la selección del jurado y con la presencia de la primera dama estadounidense, Jill Biden.
El panel está compuesto de 12 personas, pero otras cuatro fueron elegidas como suplentes, apuntó la cadena CNN.
Está previsto que los argumentos orales comiencen este mismo martes.
Entre las razones por las que algunas personas fueron rechazadas para formar parte del jurado estuvo que estas argumentaron conocer «bastante bien» a la familia Biden o no poder ser imparciales por tener ya una opinión del acusado con base a lo publicado por los medios.
Hunter Biden es hijo de la primera esposa del presidente, la fallecida Neilia Biden, y podría acabar en la cárcel de ser hallado culpable. La actual esposa del mandatario acudió a la corte para apoyarlo.
Es la primera vez en la historia de Estados Unidos que el hijo de un presidente en activo se enfrenta a un juicio que, en este caso, puede afectar a la campaña electoral de Joe Biden en las presidenciales del 5 de noviembre, ya que los republicanos, especialmente Donald Trump, lo utilizan con frecuencia como arma arrojadiza en su contra.
El hijo de Biden está acusado de mentir en octubre de 2018 cuando no reconoció que consumía drogas en un formulario para comprar un revólver Colt Cobra de calibre 38, que luego guardó durante 11 días.
Sus abogados solicitaron aplazar el juicio para tener tiempo de buscar más testigos y revisar las pruebas entregadas por los fiscales, pero la juez de distrito de Delaware Maryellen Noreika rechazó la petición.
Este domingo, Noreika dio además un revés a la defensa del polémico hijo del presidente.
Noreika accedió a una solicitud del fiscal especial que investiga el caso, David Weiss, para impedir que testificara uno de los peritos de Hunter Biden, un psiquiatra de la Universidad de Columbia que habría intentado encontrar lagunas en las afirmaciones de los fiscales de que el hijo del presidente sabía que era un adicto cuando compró el arma.
También se impidió que los abogados usaran una prueba clave, a su juicio, una versión alterada del formulario federal de armas de fuego que Hunter Biden completó cuando adquirió el arma y que fue modificada en 2021 por los empleados de la tienda.
Hunter Biden se declaró no culpable de los tres cargos que se le imputan por la compra y posesión ilegal de armas, que conllevan una pena máxima de 25 años de cárcel, si bien las sentencias suelen ser menores para quienes carecen de antecedentes penales.
Por mentir en dicho formulario en una tienda de Wilmington se le acusa de dos delitos por haber hecho declaraciones falsas, el primero por haber marcado una casilla donde aseguraba que no era adicto a las drogas y el segundo por haber entregado esa información sabiendo que era falsa.
El tercer delito que se le imputa es posesión de esa arma durante 11 días.
Hunter Biden, de 54 años, reconoció públicamente que durante décadas había luchado contra la adicción al alcohol y las drogas, que se vio agravada tras la muerte de su hermano Beau Biden en 2015 por un tumor cerebral.
Cuando compró la pistola estaba inmerso en una espiral de depresión tras haberse divorciado de Kathleen Buhle, con la que tuvo tres hijos y, además, atravesaba un momento especialmente difícil por su adicción al crack, según narró en sus memorias ‘Beautiful Things’, publicadas en 2021.
Los cargos en su contra son el resultado de una investigación que se abrió en 2018 durante el Gobierno de Trump (2017-2021) y que el propio exmandatario, futuro candidato republicano para las elecciones de noviembre, ha usado para atacar a su contrincante Biden.
Joe Biden se pronunció este lunes sobre el inicio del proceso sin querer entrar en valoraciones: «Como presidente, no hago ni haré comentarios sobre casos federales pendientes, pero como padre, tengo un amor ilimitado por mi hijo, confianza en él y respeto por su fuerza», dijo en un texto publicado poco después del comienzo.
El hijo del presidente se enfrenta a otro juicio en California en el que se le acusa de haber evadido el pago de 1.4 millones de dólares en impuestos.