El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró este domingo, cuando se cumplen seis meses de guerra en la Franja de Gaza, que no habrá un acuerdo de tregua si no vuelven a casa los 133 rehenes que siguen en manos de Hamás, y añadió que Israel no cederá ante las «exigencias extremas» de los islamistas.
«Dejé (algo) claro a la comunidad internacional: no habrá alto el fuego sin el regreso de los secuestrados. Simplemente no sucederá», dijo Netanyahu hoy en un discurso antes de reunirse con su gabinete, y recordó que la Administración del presidente norteamericano, Joe Biden, comparte su misma opinión.
Añadió que Israel no se opone a un acuerdo de tregua y culpó a Hamás de «exigencias extremas» cuyo objetivo es poner fin a la guerra «para garantizar su supervivencia, su rehabilitación, (y) su capacidad de poner en peligro» a los ciudadanos y soldados israelíes de nuevo.
«Ceder a las exigencias de Hamás le permitirá intentar repetir una y otra vez los crímenes del 7 de octubre, como prometió hacer», dijo, pidió presión internacional contra Hamás y no contra Israel.
Esta misma noche hay convocada una manifestación antigubernamental multitudinaria en Jerusalén, en la que no solo participarán activistas sino también algunos de los familiares de los cautivos, que culpan a Netanyahu de estar más preocupado por su supervivencia política que por devolver a los suyos a casa.
«Ciudadanos de Israel, no hay guerra más justa que esta y estamos decididos a terminarla con una victoria total», dijo Netanyahu, además de enumerar los tres objetivos que repite desde octubre: devolver a los secuestrados, eliminar a Hamás en toda la Franja de Gaza, «incluida Rafah», y garantizar que Gaza «ya no representa una amenaza».
Según Netanyahu, las tropas israelíes han terminado con «19 de los 24 batallones de Hamás, incluidos altos comandantes», además de haber capturado a milicianos y «purgado» el Hospital Al Shifa, el más importante de la Franja de Gaza y ahora totalmente inoperativo tras dos semanas de asedio y destrozó israelí.
«Destruimos fábricas de cohetes, armas, municiones y seguimos destruyendo sistemáticamente el subsuelo (en referencia a los túneles de Hamás). Estamos a un paso de la victoria. Pero el precio que se nos cobra es doloroso y desgarrador», dijo como balance de estos seis meses.
En Gaza, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad gazatí del Gobierno de Hamás, han muerto 33.175 personas, dos tercios mujeres y niños. Además, cerca de 75.890 personas han sido heridas y unos 7.000 cuerpos siguen bajo toneladas de escombros.
Apela a una unión nacional israelí
Netanyahu culpó también a Irán del ataque perpetrado por Hamás el pasado 7 de octubre, que dejó 1.200 muertos en suelo israelí y desencadenó la guerra, y urgió a sus ciudadanos a unirse «en la necesidad de seguir luchando hasta la victoria» total en Gaza.
«Esta guerra reveló al mundo lo que Israel siempre supo: Irán es quien está detrás del ataque contra nosotros a través de sus representantes. Y estos son muchos ataques. Desde el 7 de octubre, hemos sido atacados en muchos frentes por los afiliados de Irán: Hamás (en Gaza), Hizbolá (en la frontera norte), los hutíes (de Yemen), milicias en Irak y Siria, y también otros ataques», enumeró.
Y advirtió que Israel «está preparado -en defensa y en ataque- para cualquier intento» que busque dañarlo desde cualquier lugar. No obstante, recordó que para ello es necesario una «unidad» nacional; en una clara alusión a miembros tanto del Gabinete de Guerra como Benny Gantz, o líderes opositores como Yair Lapid, que le piden elecciones anticipadas.
«Precisamente en este momento, una minoría extrema y violenta está tratando de arrastrar al país a la división. No hay nada que nuestros enemigos quieran más. Quieren que la división interna y el odio gratuito nos detengan justo antes de la victoria», dijo Netanyahu, quien se opone a los comicios mientras dure la ofensiva en Gaza.
«La mayoría absoluta del pueblo está unido en la necesidad de seguir luchando hasta la victoria», añadió, pese a que desde hace una semana se producen manifestaciones multitudinarias que piden, entre otras demandas como el retorno de cautivos, el fin de su gobierno.