El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró este jueves que el presidente, Joe Biden, solicitó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, un alto el fuego en Gaza para proteger a los civiles inocentes.
Durante una conversación telefónica que mantuvo hoy con Netanyahu, Biden le manifestó que “un alto el fuego inmediato es esencial para estabilizar y mejorar la situación humanitaria y proteger a civiles inocentes”, indicó Blinken en una rueda de prensa en Bruselas, tras haber participado en una reunión ministerial de la OTAN.
También le instó a que permita a sus negociadores concluir “un acuerdo sin dilación para devolver a casa a los rehenes” secuestrados por el movimiento islamista palestino Hamás tras su ataque a Israel el pasado 7 de octubre, en el que también murieron unas 1.200 personas.
Biden avisó este jueves a Netanyahu de que el futuro apoyo de Estados Unidos dependerá de las acciones «concretas» que tome para minimizar el daño a civiles en la Franja de Gaza y garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios.
Ambos mandatarios conversaron por teléfono en lo que supone su primer contacto directo desde el ataque que el 1 de abril acabó con la vida de siete cooperantes de World Central Kitchen (WCK), la ONG fundada por el chef español José Andrés.
“Los resultados sobre el terreno son lamentablemente insuficientes e inaceptables”, aseguró Blinken, que se refirió a que el 100 % de la población de Gaza sufre inseguridad alimentaria y necesita ayuda humanitaria.
“Y quienes trabajan heroicamente para prestar esa asistencia lo hacen poniendo en gran peligro sus propias vidas. El horrible atentado de esta semana contra la WCK no ha sido el primer incidente de este tipo. Debe ser el último”, enfatizó.
El jefe de la diplomacia estadounidense apuntó que Biden dijo a Netanyahu que “los ataques contra trabajadores humanitarios y la situación humanitaria en general son inaceptables”.
“Dejó clara la necesidad de que Israel anuncie una serie de medidas específicas, concretas y cuantificables para abordar los daños a civiles, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores humanitarios”, indicó, ya que “la política de Estados Unidos con respecto a Gaza vendrá determinada por nuestra evaluación de la actuación inmediata de Israel en relación con estas medidas”.
“Si no vemos los cambios que tenemos que ver, habrá cambios en nuestra política”, insistió.
Más ayuda militar
La decisión de Biden de condicionar su apoyo a Israel a cambios sobre el terreno supone un giro en la política mantenida desde el inicio de la guerra.
No obstante, esta variación es meramente simbólica y se limita al plano diplomático. Por ahora, Biden no ha puesto sobre la mesa el que sería el mayor elemento de presión: la restricción o el condicionamiento de la ayuda militar que Estados Unidos envía a Israel.
Desde el inicio del conflicto, el Gobierno de Biden ha aprobado la venta de dos paquetes de ayuda militar a Israel, alegando que es una emergencia para saltarse al Congreso, donde permanecen estancados los 14.300 millones solicitados por el mandatario el año pasado.
Este mismo jueves, el diario The Washington Post informó de que EE.UU. autorizó el lunes -el mismo día que se produjo el ataque contra WCK- un nuevo paquete de armamento a Israel que incluye 2.000 bombas de pequeño y mediano diámetro.