El mandatario descartó la posibilidad de anular las elecciones del 2 de junio, subrayando que «no hay ningún motivo» para tomar esa medida. Sin embargo, alertó sobre la posibilidad de acciones «irracionales» por parte de sus adversarios que podrían desencadenar una crisis institucional.
«Sería como soltar a un tigre o a muchos tigres», advirtió López Obrador, haciendo referencia a la reacción que tendría el pueblo ante un intento de golpe de Estado técnico. «El pueblo es mucha pieza», agregó el presidente, recordando la importancia de la participación ciudadana en la defensa de la democracia.
Ante preguntas sobre si sus declaraciones podrían influir en el resultado electoral, López Obrador rechazó tal sugerencia, enfatizando su compromiso con la libertad de expresión y la defensa de la transformación pacífica del país.
«No estoy llamando a votar por nadie en particular», afirmó el presidente. «Soy partidario de la transformación por la vía pacífica y soy respetuoso de la voluntad del pueblo», añadió.