El ejército de Estados Unidos lanzó el viernes una ola de bombardeos contra decenas de sitios en Irak y Siria utilizados por milicias respaldadas por Irán, en represalia por el ataque con dron que mató a tres soldados estadounidenses en Jordania el fin de semana pasado, dijeron funcionarios a The Associated Press.
El presidente Joe Biden y otros altos funcionarios llevan días advirtiendo que Estados Unidos devolvería el golpe a las milicias, y dejaron claro que no sería un único golpe, sino una «respuesta escalonada» a lo largo del tiempo. Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato para discutir las operaciones militares que aún no se han hecho públicas.
Los ataques iniciales con aeronaves tripuladas y no tripuladas se dirigieron contra cuarteles de mando y control, almacenes de municiones y otras instalaciones.
No se sabe cuáles serán los siguientes pasos, o si las advertencias de Estados Unidos hechas en los últimos días hicieron que los milicianos corrieran a buscar refugio, dificultando que los estadounidenses los detectaran y atacaran. Pero resultó evidente que la reciente declaración publicada por Kataeb Hezbollah, uno de los principales grupos militantes respaldados por Irán, en la que dice que suspendería sus ataques contra soldados estadounidenses, no tuvo ningún impacto en los planes de contraataque de Estados Unidos.
Al parecer, los ataques estadounidenses tampoco tienen como objetivo directo a Irán o la fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria. Irán ha negado estar detrás del ataque en Jordania.