La noche del 5 de enero reventó una ventana por la despresurización y se desprendió una sección de un avión de este modelo de Alaska Airlines, por lo que tuvo que aterrizar de emergencia.
Como resultado, varios teléfonos celulares y algunas otras pertenencias de pasajeros salieron volando. Nadie resultó herido y para los pasajeros no pasó más allá de un momento de terror.
Ante los hechos, decidieron en México suspender el uso de estos aviones para ponerlos bajo revisión y evitar que ocurra un incidente similar.
Los vuelos nacionales que se cancelaron son de Ciudad Juárez, Chihuahua, Los Cabos y Tapachula, principalmente.
En el ámbito internacional, resultaron afectados vuelos hacia Vancouver y Texas.
United Airlines encontró en sus aviones Boeing 737 Max 9 el lunes que contaba con tornillos mal ajustados, por lo que estiman que podrían relacionarse a problemas de instalación en el tapón de la puerta.