Mientras siguen los duros combates entre el Ejército israelí y Hamás en Gaza, Benjamín Netanyahu aseguró el sábado que la guerra «durará varios meses más», mientras continúa sin dar detalles sobre cómo liberar los rehenes aún cautivos en la Franja ni especifica cuál es el plan para la posguerra de Israel.
«Continuaremos hasta la victoria, para lograr tal triunfo y nuestros objetivos necesitamos tiempo», dijo el primer ministro en una rueda de prensa, en la que enfatizó que Israel seguirá «su bombardeo implacable para derrotar» a Hamás, en el 85 día de una guerra que no parece tener fin inminente ni una salida clara.
Las tropas «luchan por todas partes de Gaza» y «bajo tierra», y hasta ahora «mataron a más de 8.000 miembros de Hamás», declaró Netanyahu. Según reiteró, su otra prioridad es la liberación de los en torno a 129 rehenes -más de cien considerados vivos y otros 22 muertos- en la Franja, mientras los contactos mediados por Egipto o Catar para ello y que incluiría una tregua por ahora no dan frutos.
Ante ello, Netanyahu -en horas bajas tras el fiasco de no haberse anticipado al ataque sorpresa de Hamás del 7 de octubre que dejó más de 1.200 muertos en Israel- pidió «paciencia» a la población ante la cuestión de los cautivos y la continuidad de la guerra. Esta dejó ya más de 2.200 soldados heridos, y tras iniciar la ofensiva terrestre en Gaza el 27 de octubre, 170 militares israelíes murieron en Gaza.
El sábado por la tarde hubo otra gran movilización en el centro de Tel Aviv pidiendo al Gobierno un mayor esfuerzo para la liberación de los rehenes. «Lleven de vuelta a los rehenes en Gaza lo antes posible», pidieron miles de congregados, entre ellos parientes de los cautivos, que se manifiestan semanalmente y están cada vez más impacientes para el retorno de sus seres queridos.
Más allá de Tel Aviv, hubo protestas en otros puntos de Israel donde los manifestantes pidieron a su vez la dimisión de Netanyahu.
Los intensos combates y ataques de tropas israelíes siguieron hoy en el área de la ciudad meridional de Jan Yunis, donde gran cantidad de soldados van ampliando las operaciones del Ejército y dijeron haber matado a decenas de milicianos en las últimas horas.
Entre otras acciones, el Ejército hizo una redada contra el que considera como jefe de la Inteligencia militar de Hamás en Jan Yunis, «y asaltaron el cuartel general» del grupo islamista en el centro de la urbe.
Israel no plantea aún escenarios claros para ‘el día después’ en Gaza, mientras no parece que esté cerca de alcanzar su principal objetivo, desmantelar a Hamás de Gaza, donde sus milicias siguen atacando y haciendo emboscadas contra las tropas israelíes.
Hasta ahora, Netanyahu insiste en que Israel mantendrá control de seguridad sobre Gaza «indefinidamente», pero no detalló quién o cómo se gobernará el enclave una vez acabe la ofensiva actual.
A estas alturas, las tiendas de campaña para acoger a parte de los 1,9 millones de desplazados internos en Gaza se van extendiendo en el área meridional de Rafah, donde se concentran muchos de ellos, mientras que el Gobierno gazatí también calcula que hay unas 800.000 personas en el norte del enclave y sin acceso a atención médica, mientras los hospitales siguen casi totalmente fuera de servicio.
En un área repleta de tiendas, la Media Luna Roja egipcia alzó un campamento para albergar a miles de desplazados en la zona de Masawi en Jan Yunis, una imagen que se podría extender cada vez más por la Franja en el futuro mientras la destrucción no para de aumentar.
Se estima que un 70% de edificios y viviendas de Gaza quedaron destruidos o dañados, en un paisaje de devastación que se suma a los alrededor de 7.000 personas que se cree que están muertas bajo escombros, más allá de los más de 21.600 palestinos confirmados fallecidos, en torno al 75% de ellos niños, mujeres y ancianos.
Los heridos ya suman más de 56.100 desde el inicio de la guerra. Según Sanidad, hay unos 5.300 heridos o enfermos que necesitan ser evacuadas al extranjero «para salvar la vida», pero hasta ahora Egipto solo dio salida al 1% del total de heridos de la Franja.
También hay mucha preocupación por la propagación de enfermedades infecciosas en Gaza. Un cuarto de su población -de un total de 2,3 millones- podría morir en un año por brotes contagiosos vinculados a la crisis humanitaria causada por el conflicto, aseguró hoy en el diario británico The Guardian Devi Sridhar, catedrática de salud publica global en la Universidad de Edimburgo.