Una caravana de más de 6.000 migrantes y una veintena de nacionalidades avanza desde la frontera sur de México este martes, en víspera de la visita de una delegación estadounidense liderada por el secretario de Estado, Antony Blinken, para abordar el repunte migratorio con el Gobierno mexicano.
Este grupo, que partió en Nochebuena con casi 10.000 personas como la más numerosa del año, salió del municipio de Huixtla este martes hasta llegar a la aduana del sur del estado de Chiapas, donde se hincaron para rezar.
Los indocumentados pidieron a los funcionarios de Estados Unidos y al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que se tienten el corazón para permitir su avance.
En este contingente viaja Rosa, originaria de El Salvador, donde era trabajadora del hogar antes de abandonar el país por la falta de empleo, por lo que ahora pretende llegar a Estados Unidos para mejorar su calidad de vida, pero se ha topado con los obstáculos del Instituto Nacional de Migración (INM) de México.
«Hay muchos retenes y nos deportan”, dijo a EFE.
“Estamos pidiendo documentos para poder llegar a la frontera norte, pues hay muchas madres que van al sueño americano. En nuestros lugares a veces no está la suficiente economía y empleo, entonces nos toca venir para México para cruzar al otro lado», relató.
Un éxodo y una crisis internacional
La caravana avanza mientras López Obrador espera este miércoles la visita urgente de una delegación de EE.UU. conformada por Blinken; el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
«Vamos el miércoles a tener una reunión con una comisión que viene de Estados Unidos. Nosotros los invitamos para que se trate el tema migratorio», apuntó el mandatario mexicano en su conferencia matutina de este martes.
Este diciembre se han registrado cifras históricas de personas que buscan entrar a Estados Unidos en la frontera con México, donde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP, en inglés) confirmó este martes la llegada de más de 2,2 millones de migrantes de enero a noviembre de 2023.
Política migratoria cuestionada
En este contexto, el director del Centro de Dignificación Humana (CDH), Luis Rey García Villagrán, quien acompaña a la caravana, cuestionó el encuentro entre México y Estados Unidos por el rechazo a los migrantes.
“Se reúne México para pedirle dinero a Estados Unidos y se lo va dar para combatir a los más pobres, a los que Andrés Manuel López Obrador (dijo) que iba a defender», señaló el activista a EFE.
«Han criminalizado a las mujeres, los niños y han criminalizado la defensa de los derechos humanos en México”, agregó.
Pese al discurso de apertura de López Obrador, el migrante venezolano Nery Jesús Menzana señaló que el Gobierno de México no está convencido de ayudar a la migración.
Por ello, pidió a ambos Gobiernos que, antes de frenarlos o reunirse para controlar el flujo migratorio, deberían cooperar para mejorar las condiciones de sus pueblos para que sus ciudadanos no migren.
«Si el pueblo migra, es porque algo le falta al Gobierno para satisfacer las necesidades de ese pueblo, migrar para buscar una nueva esperanza de vida. Y si tú te reúnes con un país, para negarle la migración a tu pueblo, mejor reúnete con tu Gobierno para que le prestes (recursos) al pueblo para que no migren», opinó.
Hasta la tarde de este martes, la caravana estaba en el municipio de Villa Comaltitlán, donde descansarían hasta salir este miércoles a Escuintla.