La frontera norte de México empieza a recibir a los migrantes que partieron hace semanas en la caravana más numerosa del año desde el límite sur del país, pero enfrentan ahora mayores obstáculos ante el aumento de operativos y barreras de las autoridades mexicanas y estadounidenses.
Imágenes de EFE documentaron en Ciudad Juárez que un grupo de 30 migrantes cruzaron una avenida de alta velocidad, después brincaron el bordo del río Bravo y corrieron para que agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) de México no los detuvieran para impedirles el paso hacia territorio estadounidense.
Algunos cargaban a sus hijos en hombros mientras otros los tiraban de la mano en una carrera de 200 metros, justo en el tramo final antes entrar a Estados Unidos.
La Guardia Nacional de Texas no se movilizó, pero los migrantes tuvieron que cruzar la barricada de alambre de navajas colocada por el Gobierno texano y después formarse en la puerta 36 del muro fronterizo entre Juárez y El Paso, donde agentes migratorios de Estados Unidos los recibieron para iniciar su proceso.
«Mi sueño es llegar a Estados Unidos, el mentado sueño americano que dice he escuchado que ha llegado mucha gente, han salido grandes caravanas de Tapachula, enfrentando toda clase de clima, navegando, vagando», dijo el guatemalteco Luis Antonio Cruz, quien esperó en un albergue de Ciudad Juárez antes de cruzar.