La realeza británica ha sido siempre el foco de atención, y sus joyas han sido objeto de admiración y especulación durante generaciones. Entre todas las piezas de la corona británica, una tiara en particular ha ocupado un lugar especial en el corazón de la monarquía: la tiara Niñas de Gran Bretaña e Irlanda, como se le conoce en Reino Unido.
La tiara de la abuela
Esta tiara, que se ha convertido en un símbolo de la realeza, fue estrenada recientemente por la reina Camila, en un gesto que no ha estado exento de controversia. La tiara Niñas de Gran Bretaña e Irlanda, que alguna vez perteneció a la venerada Isabel II, es conocida por ser la joya que aparecía en los billetes de libras esterlinas y, por lo tanto, se ha convertido en la más icónica de todas las joyas de la reina.
La historia de esta tiara es fascinante. Fue un regalo del comité de recaudación de fondos «Niñas de Gran Bretaña e Irlanda» a la entonces princesa María de Teck en 1893, con motivo de su boda con el rey Jorge V. Desde entonces, esta tiara ha sido un tesoro en la colección real. Incluso Isabel II, en su histórica visita a España hace 35 años, optó por lucirla en una cena de Estado en el Palacio Real de Madrid.
La elección de la reina Camila de lucir esta tiara ha generado una mezcla de emociones y opiniones encontradas. Es importante recordar que esta es la tercera vez que esta joya histórica ha sido usada por una reina. La conexión de la tiara con la moneda del país la hizo especialmente adecuada para la ceremonia en la Mansion House de la City de Londres, una tradición real que se remonta al siglo XVII.
La historia de la tiara Niñas de Gran Bretaña e Irlanda está ligada al regalo de la abuela de Isabel II, María de Teck, a su nieta en 1947, con motivo de su matrimonio con el príncipe Felipe de Grecia. El diseño original de la firma Garrard estaba adornado con perlas, pero con el tiempo, se reemplazaron por deslumbrantes diamantes. Se cuenta que Isabel II se refería a ella cariñosamente como «la tiara de la abuela», lo que demuestra el valor sentimental que esta joya tenía para la monarca.
La decisión de la reina Camila de lucir esta tiara no solo destaca su importancia histórica y su belleza deslumbrante, sino que también rinde homenaje a la herencia de la realeza británica. A pesar de las críticas que ha generado su elección, la tiara Niñas de Gran Bretaña e Irlanda continúa siendo una joya especial en la corona de la monarquía británica, con una historia que abarca generaciones y que evoca la majestuosidad de la realeza.