Centenares de camiones de organizaciones egipcias siguen esperando en el cruce de Rafah, que conecta Egipto con la Franja de Gaza, para entrar al enclave palestino y entregar la ayuda humanitaria pese al anuncio de hoy del presidente de EUA, Joe Biden, que Israel ha aceptado la entrada, informó a EFE una ONG presente en el paso.
El jefe del departamento de rescate y voluntario de la ONG egipcia Resala, Adel Abdelfatah, aseguró que la apertura de la frontera «solo es un anuncio de que se abrirá en breve, pero hasta el momento, nada de eso».
«No, no hemos podido entrar», confirmó a EFE, sin saber cuándo le darán la luz verde, algo a lo que hasta ahora se oponía Israel como represalia por el brutal ataque del grupo islamista Hamás del 7 de octubre que dio comienzo a la actual guerra.
Precisamente hoy, la Alianza Nacional para el Desarrollo Civil -una coalición de ONG egipcias, incluida Resala- comenzó una sentada en el paso fronterizo en protesta por no permitir que entre la ayuda humanitaria al enclave.
El presidente egipcio, Abdefaltah al Sisi, reiteró hoy que el paso está abierto por el lado egipcio, pero los bombardeos israelíes han hecho inoperable la parte palestina del cruce.
Ayer, el ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shukri, afirmó a la cadena estadounidense CNN que cuatro trabajadores egipcios resultaron heridos en el paso fronterizo de Rafah en estos últimos días por un bombardeo israelí cuando estaban arreglando los daños causados por otro ataque.
El paso de Rafah es la única salida de la Franja de Gaza que no está en manos de Israel, un territorio donde viven 2.2 millones de personas.
Centenares de miles de gazatíes están desplazados en el sur de la Franja, donde los suministros de agua potable y comida escasean en medio de intensos bombardeos israelíes en doce días de guerra, que han dejado más 3,400 muertos en el enclave y al menos 11,000 heridos.
El ataque de Hamás en Israel, que dio comienzo a la guerra, causó unos 1,400 muertos de lado israelí.