El ejército israelí informó este martes que desde el comienzo del conflicto con el grupo islamista palestino Hamás, el pasado sábado, ha atacado hasta las 20:00 hora local (17:00 GMT) del lunes a un total de 1.707 objetivos en la franja de Gaza.
Entres esos objetivos se incluyen 475 sitios de lanzamiento de cohetes; 73 objetivos de combate y de dirección terrorista; 24 infraestructuras militares estratégicas, y 22 objetivos subterráneos, se indica en un comunicado militar.
Los muertos en Israel ascienden ya a más de 900 tras el brutal ataque de Hamás por tierra, mar y aire del sábado, mientras que los fallecidos en la franja suman 687, incluidos 140 niños, en el tercer día de guerra entre Israel y las milicias palestinas, que asimismo secuestraron a más de un centenar de ciudadanos israelíes, que fueron trasladados a Gaza.
El Ministerio de Sanidad de Israel ha confirmado que los heridos llegan a 2.600, entre ellos al menos 376 en estado grave, por la agresión de las milicias palestinas y el lanzamiento de más de 4.400 cohetes desde el enclave, aunque la mayoría han sido interceptados.
En Gaza, los heridos son ya 3.726, según el último recuento de su Ministerio de Sanidad de la Franja, que desde ayer sufre intensos bombardeos por parte de la aviación israelí, que ha atacado numerosa infraestructura civil y edificios residenciales.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anunció este lunes que ordenó el bloqueo total de la Franja de Gaza, lo que significa que el enclave palestino quedará «sin suministro de electricidad, alimentos y combustible», como medida de represalia en esta guerra.
«He dado una orden: Gaza estará bajo un cierre total. Estamos luchando contra terroristas bárbaros y responderemos en consecuencia», indicó el ministro.
El Ejército confirmó recientemente que ha recuperado el control en casi todas las áreas tomadas hace dos días por las milicias, pero advirtió de que todavía pueden quedar «terroristas» escondidos en ellas, con los que ha habido «intensos intercambios de fuego».
No obstante, un portavoz militar advirtió de que la guerra puede ser larga, y aconsejó a la población que apile comida y agua en casa, de momento, por al menos 72 horas.