La Casa Blanca ha anunciado que el gobierno de Estados Unidos tiene como objetivo admitir a más refugiados procedentes de América Latina y el Caribe en el próximo año fiscal. En un comunicado publicado el viernes, se estableció que se pretende admitir entre 35.000 y 50.000 refugiados de esta región, en comparación con los 15.000 establecidos para este año.

Esta decisión se enmarca en la respuesta del gobierno estadounidense a la crisis mundial de desplazamiento sin precedentes, según el secretario de Estado Antony Blinken. En este sentido, además de ampliar los programas de reasentamiento para los refugiados de América Latina y el Caribe, Estados Unidos también se centrará en ayudar a otras poblaciones clave, como los afganos que colaboraron con los estadounidenses en la guerra y los defensores de los derechos humanos.

No obstante, es importante destacar que el límite establecido no implica necesariamente que se vayan a admitir a tantos refugiados. Hasta agosto de este año, Estados Unidos solo había admitido a 51.000 de los 125.000 posibles.

La decisión de aumentar la admisión de refugiados de América Latina y el Caribe se produce en un momento en el que Estados Unidos está enfrentando un aumento sin precedentes en el número de migrantes que llegan a su frontera sur, muchos de ellos buscando solicitar asilo. El gobierno federal ha enfrentado presiones tanto de los demócratas para abordar esta situación como de los republicanos, quienes critican la supuesta falta de seguridad en la frontera.

Cabe recordar que, históricamente, Estados Unidos ha admitido a más refugiados que cualquier otro país, aunque en 2018 Canadá superó esta cifra. Sin embargo, en 2021 se registró un mínimo histórico de admisiones debido a los recortes implementados por el gobierno anterior. A pesar de esto, durante este año se ha observado un aumento en la admisión de refugiados en Estados Unidos, gracias a los esfuerzos del gobierno por aumentar el personal y realizar más viajes para entrevistar a posibles refugiados.

Es importante destacar que el estatus de refugiado difiere de otras formas de protección, como el asilo.