En una protesta audaz y llamativa, activistas climáticos alemanes del grupo Última Generación rociaron pintura naranja en la icónica Puerta de Brandeburgo de Berlín el domingo por la mañana.

Esta acción tiene como objetivo instar al gobierno alemán a tomar medidas más urgentes y contundentes para combatir el cambio climático.

Utilizando extintores llenos de pintura, los miembros del grupo cubrieron las seis columnas de la Puerta de Brandeburgo, uno de los monumentos más populares de la capital alemana.

Su objetivo principal es lograr que Alemania deje de utilizar combustibles fósiles para el año 2030.

Además, piden medidas a corto plazo como la imposición de un límite de velocidad general de 100 kilómetros por hora en las carreteras, con el fin de reducir las emisiones de manera más rápida y efectiva.

En un comunicado, el grupo Última Generación declaró: La protesta deja claro que es hora de un cambio político. Debemos alejarnos de los combustibles fósiles y avanzar hacia la justicia climática.

Su acción radical busca generar conciencia y presión sobre la necesidad de tomar medidas concretas para revertir los efectos del cambio climático.

La policía acordonó la zona alrededor de la Puerta de Brandeburgo y detuvo a 14 activistas afiliados al grupo Última Generación. Este grupo, conocido por sus protestas en las que bloquean el tráfico y se adhieren a las carreteras, ha desempeñado un papel polarizador en la política y la sociedad alemanas.

El alcalde de Berlín, Kai Wegner, ha condenado las acciones del grupo, afirmando que sus tácticas van más allá de las formas legítimas de protesta.

Wegner sostuvo que estas acciones no solo dañan el monumento histórico de la Puerta de Brandeburgo, sino también el libre discurso sobre los temas cruciales de nuestro tiempo y futuro.