El Gobierno francés movilizará en la noche de este sábado 45.000 policías para prevenir los disturbios, la misma cifra que ayer, aunque con refuerzos de unidades antidisturbios en Marsella, Lyon y Grenoble, tras cuatro noches consecutivas de protestas por la muerte de un joven a manos de la Policía.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció el dispositivo de seguridad durante una visita a la comisaría de la ciudad de Dreux (al oeste de París), en la que se entrevistó con algunos agentes que han participado en los operativos de las pasadas noches.
Darmanin indicó en unas declaraciones que esta noche se empleará el «mismo número de fuerzas» con unos 45.000 policías y gendarmes, y con los mismos medios de helicópteros, vehículos especiales y unidades antidisturbios.
Sin embargo, detalló que se enviarán cinco unidades antidisturbios (de unos 80 miembros cada una) a cada una de las tres grandes ciudades del sur y sureste que sufrieron un agravamiento de los disturbios la pasada noche: Marsella, Lyon y Grenoble.
Darmanin aseguró que esos refuerzos son «considerables» y buscan «restablecer el orden público», y reiteró que la pasada noche la intensidad de los disturbios fue un poco menor excepto en esas ciudades.
Recalcó que la pasada noche los incendios de automóviles se redujeron a la mitad, pero hubo 1.300 detenciones, que envían «un mensaje de firmeza».
El ministro del Interior insistió en el mensaje «muy importante» a los padres para que controlen a sus hijos, ya que la edad media de los detenidos en esta oleada de disturbios es de 17 años.
«Hemos detenido a incendiarios de 12 o 13 años. Cuando se tiene 12 o 13 años, hay un trabajo incontestable de los padres», recalcó.
Y advirtió de que la policía y la fiscalía van a responsabilizar a los padres por los daños que causen sus hijos menores de edad, «porque los hijos no estaban en su casa a esas horas de la madrugada».