Las Fuerzas Armadas de Ucrania llevaron a cabo uno de sus ataques más letales en lo que va de la guerra, donde Rusia admitió 63 bajas de militares, aunque otras fuentes hablan de más de 200.

Ucrania atacó con misiles de precisión estadounidense tipo Himars la ciudad de Makiivka, ubicada en Donetsk, en la zona del este ucraniano que Rusia tiene controlada desde 2014.

El ataque cayó sobre la escuela número 19 de dicha ciudad convertida en base militar, donde estaba un batallón de soldados que Rusia reclutó en otoño.

El Estado Mayor ucraniano presumió que los proyectiles Himars destruyeron la base y dejaron un saldo de hasta 400 militares rusos muertos.

El Ministerio de Defensa de Rusia, que suele discrepar radicalmente con los saldos ucranianos, admitió que han muerto 63 elementos por el lanzamiento de proyectiles.

«Como resultado de la derrota de cuatro misiles con una ojiva altamente explosiva de un punto de despliegue temporal, 63 militares rusos murieron», expresó oficialmente el Ejército ruso.

Reseña El País que fuentes próximas al Ejército ruso estiman que el número más cercano a la realidad sería la de 200 reclutas muertos.

Kiev presumió que es el golpe más letal que ha dado en la guerra con base en su cifra, incluso con las estimaciones rusas es uno de los ataques más mortíferos de parte del país invadido.

El ataque habría ocurrido durante Nochevieja y Ucrania lo llevó a cabo gracias a la información que consigue de la red de espionaje de Estados Unidos, para apuntar los misiles Himars que puedan atacar a 80 kilómetros de distancia y han sido la forma más efectiva que tiene Kiev para dañar a Rusia detrás de las líneas.

Difundieron imágenes en medios rusos que confirman que el cuartel quedó arrasado.