Agencias

Rusia expresó su respaldo a Serbia y negó que esté inmiscuida en el aumento de tensiones militares con Kosovo.

La temperatura sube en Kosovo, ocurrió un tiroteo al norte de su país sin esclarecerse, el país no permitió que entrara a su territorio el patriarca de la iglesia ortodoxa serbia, padece al interior la histórica disputa entre etnias y ahora Serbia puso en máxima alerta de combate a sus fuerzas armadas.

El Gobierno de Rusia que encabeza Vladimir Putin manifestó este miércoles el apoyo a Serbia para proteger a ciudadanos de la etnia serbia en el norte de Kosovo.

Sin embargo, el Kremlin negó las acusaciones del Gobierno de Kosovo en el sentido de que Rusia está avivando las tensiones para desatar el caos en los Balcanes.

Dmitri Peskov, vocero del Kremlin, expresó que “Serbia es un país soberano y es absolutamente erróneo buscar aquí una influencia destructiva de Rusia“.

Rusia “sigue muy de cerca” lo que ocurre en Kosovo, agregó al respecto Peskov que “por supuesto apoyamos a Belgrado (capital de Serbia) en las acciones que se están llevando a cabo”.

Los serbios levantaron barricadas el martes en el norte de Kosovo luego de poner en alerta de combate a su Ejército.

El conflicto se remonta a 2008 cuando Kosovo declaró su independencia de Serbia gracias al respaldo de occidente, luego de la guerra entre el 98 y el 99 cuando la OTAN intervino para proteger a la población de etnia albanesa.

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, al igual que Rusia, afirmó que no pretenden desestabilizar al vecino Kosovo y seguirá “luchando por la paz”.