El templo budista de Zojoji en Tokio acogió el velorio por la muerte del ex primer ministro japonés Shinzo Abe, donde acudieron sus allegados, miembros de su partido y ciudadanos a ofrecer sus respetos en vísperas del funeral tras el atentado mortal contra el influyente político.
Centenares de personas, incluido el primer ministro nipón, Fumio Kishida, políticos del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) y de la oposición, dignatarios extranjeros y ciudadanos acudieron al céntrico templo tokiota para presentar sus respetos, así como ofrendas florales al exmandatario.
“Me quedé muy sorprendido ante la noticia, también por la simpatía que recibió desde el extranjero tras su muerte”, dijo Yuji Tsutsumi, de 62 años y residente en Tokio, que decidió acercarse a Zojoji para firmar el libro de condolencias y agradecer a Abe haber ayudado a la presencia de Japón en el mundo.
Para Tsutsumi, Abe también contribuyó al desarrollo económico del país desde que asumió el puesto en 2012. “Esperaba que él hubiera podido contribuir más, pero bueno, Japón es un país pacífico y sin embargo pasó esto, así que siento que tenemos que ponernos de nuevo serios”, lamentó.
Dos mujeres de 22 y 24 años, que prefirieron no revelar su nombre, se mostraron igualmente sorprendidas por la noticia: “Me quedé muy conmocionada al descubrir lo que había pasado y dudé si podría ser verdad”, explicó una, mientras que la otra dijo haber rezado para que “pudiera aguantar”.
Ambas jóvenes acudieron al templo a llevar flores de loto, una planta que tiene una fuerte connotación espiritual en la religión budista y suele asociarse con la pureza, ritos de paso o renacimiento.
“Me dejó mucha tristeza y es difícil de creer que haya ocurrido un incidente así en este país”, afirmó Funato, un residente de Tokio de 66 años, quien acudió a Zojoji para agradecer al ex primer ministro “su trabajo realizado por Japón”.
Entre los representantes de varios países que también acudieron a presentar sus respetos se encontraba el Embajador de España en Japón, Fidel Sendagorta, mientras que diversos Gobiernos de todo el mundo trasladaron sus condolencias a través de las delegaciones diplomáticas japonesas en sus territorios.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, también visitó la capital nipona en un viaje de última hora al país asiático para presentar su pésame personalmente a Kishida y alabar los “grandes méritos” del difunto ex primer ministro.
“Abe era un defensor de la alianza firme entre Japón y Estados Unidos, e hizo grandes méritos para fortalecer la cooperación con sus aliados”, dijo Blinken tras cambiar improvisadamente la agenda de su reciente viaje a Asia y cuadrar una escala en Tokio antes de regresar a Washington.
Máxima condecoración japonesa
El Gobierno de Japón anunció que concederá de forma póstuma al exmandatario el Collar de la Orden del Crisantemo, la máxima condecoración del país, tras su asesinato el pasado viernes.
El Gabinete del Ejecutivo ha decidido reconocer así las contribuciones a la nación del que fue el primer ministro más duradero del Japón democrático por su mandato entre 2012 y 2020, por sus “muchos años de logros profesionales, entre ellos la diplomacia y las políticas de seguridad económica”.
Abe murió el pasado viernes a los 67 años tras recibir un disparo mientras pronunciaba un discurso en la calle en la ciudad de Nara, en el oeste del país, en el marco de la campaña de las elecciones a la Cámara Alta del parlamento nacional del domingo, en el que el partido gobernante obtuvo una contundente victoria.
Un funeral privado se celebrará en el citado templo este martes ante un grupo de allegados a la familia, y al que se prevé que asistan también algunos dignatarios nacionales y extranjeros.