Agencias

La brasileña Sara Winter, exlíder del grupo radical Femen, convertida en activista en defensa de la vida y otras causas como la familia y la dignidad de la mujer, mantiene un año bajo prisión domiciliaria sin ingresos, con problemas de salud.

La mujer de 27 años de edad Sara Giromin -conocida como Sara Winter- denunció que “apoyar al presidente de la República de Brasil, Jair Bolsonaro, es un crimen”.

Fue hace un año cuando la Policía Federal la arrestó luego de organizar el grupo de ‘Los 300 de Brasil’ (300 do Brasil), manifestantes en defensa del gobierno de Bolsonaro que instalaron plantón como protesta ante la sede de la Corte Suprema.

A Sara y otros integrantes del grupo los detuvieron acusados de usar fuegos artificiales afuera de la Corte.

Sin embargo, denunció la activista que no es un crimen usar pirotecnia en Brasil, pero no sólo eso, sino que fue otro grupo el que la usó, no el de ella, por lo que sostiene su inocencia.

Sara Winter en su juventud fue reclutada por la organización “feminista” llamada Femen, de corte radical que incurre en actos de violencia para impulsar dicha agenda. A la brasileña la llevaron a entrenar en Ucrania con exagentes de la KGB e integrantes de Femen.

Luego de que quedó embarazada se quedó sin la ayuda de Femen y las que consideraba sus amigas. Sufrió un aborto que la llevó a arrepentirse.

La muerte de su bebé la deprimió y decepcionó al grado de que no sólo dejó Femen sino que se unió a la causa en defensa de la vida, así como de la libertad y otras.

Con la prisión preventiva la restringieron de tal manera que no puede generar ingresos, en perjuicio de su familia. Además de que incluso comienza a mostrar problemas de salud.

Lanzaron la campaña ‘Apoyemos a Sara Winter’, impulsada para manifestar respaldo hacia ella y para exigir que ordenen su liberación, al tratarse de una sentencia de índole político.

Cabe recordar que en marzo del 2020 la detuvieron en su visita a México, en el aeropuerto de Cancún, sin ninguna explicación, por lo que denunciaban persecución también por parte de las autoridades mexicanas por motivos ideológicos.