Con el auge de la tecnología, se ha observado que la violencia de la vida real se ha extendido a la virtualidad mutando en muchos tipos de manifestaciones, afirmó la Dra. Rosa Amelia Domínguez Arteaga, al participar en el Panel: Modalidades de la Violencia, organizado por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria (FDCSV) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).

La Profesora-investigadora del Colegio de Tamaulipas (COLTAM), experta en la línea de investigación “Sociedad Digital con énfasis en Políticas de Información” y Doctora en Documentación por la Universidad Carlos III de Madrid, España, expuso las distintas formas en que se presenta la ciberviolencia en México.

Indicó que también se le conoce como abuso on-line, victimización electrónica, o violencia digital, y tiene como relevancia el contexto en el que se presenta, tras mencionar que las mujeres son las más vulnerables en estos espacios.

“Se trata de una conducta intencionada con la que se causa daño o perjuicio a través de las tecnologías de la información y la comunicación, principalmente el teléfono móvil e internet”.

Señaló que entre las manifestaciones de este tipo de violencia están: enviar archivos
privados sin consentimientos de los propietarios; espiar o vigilar a través de internet o de las redes sociales; afectar la reputación mediante internet; agredir físicamente a alguien mientras otros lo filman para difundirlo en redes sociales; e intimidar, desafiar, perjudicar, criticar o insultar mediante medios digitales.

“Esta violencia virtual, es la extensión de las múltiples variantes de violencia presentes en el entorno físico, pues con el avance tecnológico se trasforman en violencias nuevas”, añadió.

“Lo nuevo en este tipo de violencia, es el medio por el que se atenta contra la dignidadde las personas, que se basa en el anonimato de la red, que permite agredir en cualquier lugar, a cualquier hora de día, y el contenido puede ser replicado las veces que se quiera, lo cual agrava la situación, dejando en un estado de indefensión a la víctima”, apuntó.

Por otro lado, subrayó, que se ha documentado que las personas violentadas en la virtualidad tienen muchas afectaciones como la baja autoestima, depresión, anorexia y se han registrado intentos y consumación de suicidios entre los jóvenes.

“Según un estudio de la Universidad Internacional de Valencia, España, señala que
existe mayor incidencia de suicidios por la problemática del ciberacoso que por acoso
tradicional, por tanto se le considera un problema de salud pública en diferentes países”, acotó.

Explicó que otra vertiente, es la que se refiere a la conducta mediante la cual se comparte, manipula o comercializan imágenes, videos o audios de una persona, con contenido íntimo, erótico o sexual, sin su consentimiento, así como la amenaza de difundir esa información para causar un daño.

Concluyó que este tipo de violencia, afecta más a las mujeres y a las niñas, donde el 87.2 % son mujeres de entre 18 y 30 años de edad, reportándose alrededor de 9 millones de féminas en el país, que han recibido amenazas de publicación de información personal
íntima.

En otro tema del foro, participó la Maestra Zara Snapp, Cofundadora del Instituto RIA, organización que hace investigación e incidencia sobre las políticas de drogas, desde una perspectiva de derechos humanos, desarrollo y justicia social.

En su ponencia, se refirió al aumento en la violencia contra las mujeres en los últimos
años, de la que afirmó, hace necesario replantarse las políticas públicas y legislaciones para garantizar los derechos humanos de las féminas