Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente de romper los términos de un acuerdo tentativo, mediado por Estados Unidos, para pausar los ataques a la infraestructura energética, subrayando los desafíos para negociar una paz más amplia en la guerra en Ucrania.
El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que varios ataques ucranianos con drones impactaron una instalación eléctrica en la región de Bryansk en las primeras horas del miércoles, y una instalación de la red eléctrica en la región de Kursk el martes, lo que provocó un corte de energía que afectó a miles de personas.
Aseguró que el gobierno de Kiev «hace todo lo posible para descarrilar los acuerdos ruso-estadounidenses sobre la solución gradual» del conflicto.
El Estado Mayor de Ucrania negó las acusaciones y dijo el miércoles en un comunicado que las afirmaciones de Rusia eran parte de una campaña de desinformación más amplia, destinada a justificar la continuación de las hostilidades.
Las acusaciones surgieron horas después de que Washington anunciara el martes que había alcanzado un acuerdo tentativo con Ucrania y Rusia para implementar una pausa en los ataques a sitios energéticos, además de tomar medidas para garantizar la navegación segura de los barcos en el mar Negro. El acuerdo se produjo después de tres días de conversaciones separadas en la capital saudí con el fin de implementar un cese del fuego de 30 días al que Moscú y Kiev acordaron en principio la semana pasada.
Sin embargo, salieron a la luz declaraciones contradictorias inmediatamente después de las conversaciones del martes. Ambas partes discreparon sobre el momento del inicio de la suspensión de hostilidades a las instalaciones energéticas y se acusaron mutuamente de violar la tregua.