El huracán Helene ha dejado una estela de destrucción en el sureste de Estados Unidos, que lo ha convertido ya en el segundo ciclón más mortífero de los últimos 50 años en el territorio continental del país.
Con al menos 180 fallecidos y cientos de desaparecidos, el desastre natural que impactó Florida el 26 de septiembre ya superó en gravedad a todos los huracanes que azotaron la región en las últimas décadas, a excepción del devastador Katrina en 2005, que provocó cerca de mil 800 decesos.
Este dato incluye sólo los ciclones que han impactado en el área continental estadounidense, por lo que no se cuenta a María, que en 2017 azotó Puerto Rico (estado asociado) y dejó cerca de cinco mil víctimas.
Tocando tierra en Florida como un huracán de categoría 4, Helene se desplazó por varios estados, dejando a su paso inundaciones catastróficas, vientos destructivos y cortes de energía a gran escala. Ciudades como Asheville, en Carolina del Norte, se han visto especialmente afectadas, con numerosos desaparecidos y una infraestructura gravemente dañada.
Las autoridades locales y federales trabajan en las labores de rescate y recuperación. El presidente Joe Biden ha declarado el estado de desastre mayor en múltiples condados afectados, liberando así fondos federales para asistir a las comunidades devastadas. Además, el Departamento de Defensa ha desplegado a miles de soldados para apoyar los esfuerzos de la Guardia Nacional.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ha recibido decenas de miles de solicitudes de asistencia por parte de los afectados, y se espera que esta cifra continúe aumentando en los próximos días. A pesar de los esfuerzos de socorro, el impacto total de Helene podría tardar semanas en conocerse, ya que los equipos de búsqueda y rescate continúan trabajando arduamente para localizar a los desaparecidos.
Estiman que se hayan perdido 600 vidas
El número de víctimas aún podría aumentar considerablemente. Apenas este lunes, la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall, ofreció un sombrío pronóstico en el que estimó que la cuenta final oficial de fallecidos podría llegar hasta 600 vidas perdidas.
“Los datos actuales que tenemos indican que podría haber hasta 600 vidas perdidas (…) Sabemos que hay 600 personas perdidas o desaparecidas”, dijo en una conferencia de prensa en la que sin embargo remarcó que no hay confirmación oficial para ese número.