El 22 de agosto en Islandia, entró en erupción el volcán Grindavík, desde ese día, el flujo de la lava se ha mantenido constante y no ha dejado de avanzar por el volcán de manera abundante.
Este hecho ya preocupó un poco a las autoridades de Islandia, quienes comenzaron a evacuar a las personas de los poblados cercanos al volcán y a tomar medidas de seguridad por si la lava llega a tierra firme.
Por ahora se desconoce si esto empeorará pero se pide paciencia ya que se está tratando de monitorear lo que está ocurriendo a los alrededores del volcán, el cuál se activó después de una serie de terremotos.
Se dice que esta erupción ya provocó una enorme nube de azufre, la cuál comenzó a avanzar por el norte de España y algunas ciudades de Reino Unido, en donde su entorno ya está teniendo consecuencias.
El gas de dióxido de azufre se produce por la quema de carbón o petróleo crudo, esta enorme nube ya está afectando a varias regiones, provocando a las personas dolor de garganta, tos, secreción nasal, ardor en los ojos, opresión en el pecho, dificultad para respirar y agravar el asma.