La compañía ferroviaria estatal francesa SNCF anunció: «Un gran número de trenes fueron desviados o cancelados», y solicitó «a todos los viajeros que puedan posponer su viaje y no acudir a la estación».
Las líneas de alta velocidad Atlántico, Norte y Este se vieron afectadas, con daños en varias de sus instalaciones, y agregó que uno de los actos fue «frustrado» en el Este después de que agentes de la SNCF ahuyentaran a varias personas.
Los cables del tren fueron incendiados y desarmados, mismos que sirven para garantizar la seguridad de los maquinistas. Las autoridades desconocen hasta el momento quién está detrás del sabotaje.
El viernes por la tarde (hora de Francia), los servicios ferroviarios se reanudaron parcialmente, aunque continuaron las interrupciones generalizadas.
La Fiscalía de París inició una investigación sobre el ataque y detalló cuatro cargos separados, relacionados con daños a la propiedad estatal y participación en el crimen organizado.