México mantuvo la distancia a la hora de valorar la decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, de retirarse de la contienda electoral de noviembre en Estados Unidos, consciente de que ese país es su principal socio y con el que tendrá que trabajar ganen los demócratas o el republicano Donald Trump.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el lunes que la de Biden “es una decisión soberana que corresponde a las autoridades, dirigentes de Estados Unidos» y elogió tanto la gestión económica de Biden como la de su antecesor republicano, al que considera su “amigo”, aunque ha arremetido contundentemente contra México.
Su sucesora, Claudia Sheinbaum, tampoco se pronunció sobre el tema. Aseguró que no se involucrará en la elección estadounidense aunque siempre defenderá a México. “Nosotros vamos a trabajar con quien decida el pueblo de Estados Unidos”, indicó.
Las relaciones entre ambos países se han visto marcadas en los últimos años por los desacuerdos en comercio, la lucha contra los cárteles, energía y cambio climático, pero el gobierno mexicano optó por colaborar tanto con Trump como con Biden en contener la migración con lo que Estados Unidos no presiona mucho en otros temas.
Ahora, el republicano vuelve a prometer deportaciones masivas, cerrar la frontera y sigue tachando a los migrantes de delincuentes artífices de una “invasión”, afirmaciones que López Obrador dijo que le aclararía en una carta porque eran incorrectas y problemáticas.
Además, el pasado fin de semana Trump se burló de cómo consiguió lo que quiso de México cuando era presidente con tan solo amenazar con imponer aranceles si no frenaba el flujo de migrantes y lanzó unos insultos que unos pensaron que estaban dirigidos el excanciller Marcelo Ebrard, quien contestó en redes.
La futura mandataria le apoyó al criticar “el lenguaje soez del expresidente Trump”.
“Cometieron un error grave” al responder a unas declaraciones sin verificar a quien se referían, dijo a AP la diplomática mexicana Martha Bárcena, embajadora en Washington del gobierno de López Obrador de 2018 a 2021. “Ahora tienen que ser más prudentes”.
Sheinbaum lo fue el lunes incluso cuando le preguntaron si le gustaría que la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris llegara a la Casa Blanca. “Por supuesto, como mujeres nos da gusto que participen las mujeres, pero tendrá que decidir el pueblo de Estados Unidos a quién elige como presidente y nosotros, llevarnos bien”.
La exembajadora Bárcena consideró que Biden es “un hombre digno y honrable, un político que entendió las circunstancias y tomó la decisión correcta en un momento decisivo para Estados Unidos”. Pero entendió la cautela de México. «Se atiene al principio de no intervención”.
“La posibilidad de la coincidencia de presidentas mujeres en México y Estados Unidos marcaría el inicio de una nueva época en las relaciones bilaterales y sería muy positivo”, apuntó por su parte la exembajadora.
López Obrador intentó el lunes quedar bien con todos. Alabó la gestión económica de Biden y el hecho de que durante la administración de Donald Trump se suscribiera el tratado comercial de América del Norte, el T-MEC.
Y aunque Trump recientemente volvió a amenazar con aranceles si se perjudican los intereses estadounidenses, Sheinbaum recordó que también dijo “que él quiere mantener el tratado comercial con México”.
En América Latina, uno de los pocos mandatarios que se pronunció sobre la salida de Biden fue el venezolano Nicolás Maduro, quien alabó el diálogo mantenido con él pese a “nuestras diferencias”. Dijo que tomó una decisión “sensata y correcta” porque “para ser presidente hay que tener salud de hierro”.