La revista The Lancet publicó un paper estimando que el 8 % de la población de la Franja de Gaza ha muerto desde que Israel lanzó una devastadora ofensiva militar tras el ataque de Hamás en octubre pasado.
Es decir, un estimado conservador calcula que más de 186 mil personas han muerto a causa del conflicto.
Mientras el Ministerio de Salud de Gaza ha estimado que hasta mediados de junio, unas 37 mil 396 personas han sido asesinadas en la Franja, las autoridades israelíes han rechazado la precisión de las cifras, pese a que sus propios servicios de Inteligencia, las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud los usan.
El texto “Counting the dead in Gaza: difficult but essential” señala que en la Franja recolectar información se ha vuelto más difícil debido a la destrucción de la infraestructura y depender de los medios o servicios de emergencia, degradando la calidad de los datos.
Entre el número total de muertos, un 30 por ciento de 35 mil 091 asesinados se encuentran sin identificar.
El paper enfatiza que con el 35 % de los edificios en la Franja destruidos, el número de cuerpos enterrados entre los escombros es “substancial”, con algunas estimaciones rozando los 10 mil muertos.
Además del daño directo que puede causar el conflicto, se prevé que “muchas” muertes indirectas ocurran en los siguientes meses y años por causas como enfermedades.
Sumado a esto, se espera que la cifra total de muertos sea mucho mayor debido a la intensidad del conflicto; “la destrucción de la infraestructura médica, desabasto de alimentos, agua y refugio; la incapacidad de las personas para huir a lugares seguros y la pérdida de financiamiento a la UNRWA, una de las pocas organizaciones humanitarias aún activa en Gaza”.
Ante la crítica situación que vive la población palestina en la Franja, un cese al fuego es demandado de forma urgente e inmediata, acompañado de medidas que permitan la distribución de medicamentos, agua, comida y otros apoyos básicos.
A esto se suma una de las peticiones más esenciales, documentar el verdadero alcance de la guerra para asegurar el reconocimiento histórico y cumplir con la indicación de la Corte Internacional de Justicia.