El Ejército de Bolivia desplegó elementos y carros de combate en la Plaza Murillo, el corazón político de la capital La Paz, en una amenaza de golpe de Estado para derrocar al gobierno de Luis Arce.
Cancelaron el golpe después de que el presidente Arce le tomó juramento a los nuevos líderes militares y tras encarar al general a Zúñiga al frente del golpe.
Luego de llegar a la plaza y a las sedes del Gobierno de Bolivia, el comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, dio por terminado el golpe de Estado.
Afirmó que «por ahora» reconoce al presidente Arce como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, pero «nuestro Estado no puede seguir así» y «seguramente pronto habrá un nuevo Gabinete de ministros».
El general Zúñiga advirtió el intento de Evo Morales de querer volver a la Presidencia, pues podría postularse para las elecciones del 2025.
Morales dejó la Presidencia en 2019 luego de una amenaza de golpe de Estado del Ejército y las fuerzas policiacas. Huyó de Bolivia, ayudado por un avión de la Fuerza Aérea Mexicana.