Al menos nueve personas murieron y 46 resultaron heridas en un incendio desatado la noche de este martes en un depósito militar de municiones en la capital de Chad, Yamena, que provocó fuertes explosiones, informó este miércoles el ministro de Sanidad, Abdelmadjid Abderahim.
«Toda la información dada es verificable por la prensa. Muchos rumores hablan de decenas y decenas de muertos. Esto es totalmente falso. Las cifras dadas son reales», matizó el ministro en una rueda de prensa en Yamena, según recogieron medios locales.
Abdelmadjid Abderahim aseguró que esta cifra inicial podría no ser la definitiva puesto que algunos de los heridos se encuentran en estado «muy grave».
A primera hora del miércoles, el presidente de Chad, Mahamat Idriss Deby Itno, visitó el lugar en el que ocurrió el incidente, así como a los heridos.
«Un incendio en un depósito de municiones en el campamento de la reserva estratégica ha provocado daños humanos y materiales. (Deseo) paz a las almas de las víctimas, mi más sentido pésame a las familias afligidas y una pronta recuperación a los heridos», afirmó la madrugada de este miércoles el mandatario en un mensaje publicado en la red social Facebook.
«Se abrirá una investigación para determinar las causas y atribuir responsabilidades», añadió, sin ofrecer más detalles.
Ya en el lugar del incendio, el presidente mandó un mensaje a la ciudadanía de Chad: «Quiero decirles que la situación está bajo control. Mantengan la calma. El Estado se hará cargo de los heridos», dijo.
En declaraciones recogidas por medios locales, el portavoz del Gobierno chadiano, Abderaman Koulamallah, detalló que el depósito afectado se encuentra en la zona de Goudji, cerca del Aeropuerto Internacional Hassan Djamous.
Mientras equipos de bomberos acudían a la zona del siniestro, Yamena se vio sacudida por el estruendo de fuertes explosiones y el cielo de la capital se tiñó de naranja por las llamas y las columnas de humo, según muestran videos y fotografías difundidos en las redes sociales.
Según reportaron medios chadianos, cientos de miles de cartuchos y una gran cantidad de misiles antiaéreos se guardaban en el edificio, donde el fuego y las explosiones se redujeron hacia la media noche (23.00 GMT del martes).
En torno a esa hora, tras haber pedido a la población que conservara la calma, Koulamallah afirmó que la situación estaba «bajo control».