Una jueza determinó que los niños migrantes que esperan ser procesados por la Patrulla Fronteriza en campamentos improvisados en la frontera entre México y Estados Unidos deben ser atendidos por la agencia de forma inmediata. Esta decisión se basa en un antiguo acuerdo judicial que establece estándares para el tratamiento de los menores bajo custodia del gobierno federal.
El acuerdo de 1997 establece que los niños migrantes deben ser procesados rápidamente y colocados en instalaciones seguras e higiénicas, con servicios básicos como retretes, lavabos y controles de temperatura. La jueza también determinó que los niños que viajan sin compañía de un adulto deben ser entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos en un plazo de 72 horas.
Esta decisión representa una victoria para los niños que se encuentran en centros de detención al aire libre, aunque sigue siendo trágico que un tribunal deba ordenar al gobierno cumplir con las normas básicas de decencia humana y la ley. Se espera que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza cumpla rápidamente con la orden de la jueza y satisfaga las necesidades fundamentales de los niños bajo su custodia.
La resolución de la jueza Dolly Gee podría tener implicaciones de amplio alcance, dado el cambio en el perfil de las personas que intentan ingresar a Estados Unidos. Ahora, son cada vez más comunes las familias con niños que realizan peligrosos viajes en busca de una vida mejor, lo que ejerce una presión adicional sobre las agencias federales.
La Patrulla Fronteriza debe ahora cumplir con las normas establecidas en el acuerdo de 1997 y garantizar el trato adecuado de los niños migrantes en las instalaciones al aire libre. La jueza ha establecido una fecha límite para que la agencia presente un informe provisional sobre el cumplimiento de estas normas.