El Gobierno de Ecuador rechazó este viernes la concesión de asilo al exvicepresidente Jorge Glas -anunciada esta mañana por el Ejecutivo de México-, al sostener que él ha sido condenado por corrupción y porque no lo considera un perseguido político.
La Cancillería ecuatoriana, que ya había rechazado el asilo en diciembre pasado, cuando Glas solicitó ese beneficio tras refugiarse en la embajada de México en Quito, apeló a convenciones internacionales para reiterar que el exvicepresidente ha sido condenado por delitos comunes y que, por ello, debería someterse a la justicia ordinaria de su país.
La canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, afirmó en una declaración a periodistas en el Palacio Presidencial en Quito que su Gobierno «mantiene firme su posición» de rechazar la concesión del asilo porque «no existe una cláusula» en el derecho para que se conceda ese beneficio a alguien condenado por delitos comunes.
Además, la Cancillería ecuatoriana aclaró que aún no ha recibido una notificación oficial sobre esa concesión de asilo a Glas, aunque dijo conocer de un comunicado de prensa al respecto emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
Agregó que en Ecuador «no se persigue a persona alguna por motivos de raza, religión, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, en acatamiento a la Constitución, a los instrumentos internacionales de derechos humanos y las leyes de la República».
Por ello, se lamentó que «México no haya considerado en su decisión» las convenciones para conceder el asilo, así como instrumentos internacionales para combatir la corrupción que conminan a la cooperación para prevenir ese tipo de delitos.
Por otra parte, el Gobierno de Ecuador reiteró que «no otorgará salvoconducto alguno» para que Glas pueda abandonar el país en el goce del asilo concedido por México, al considerar que ello tampoco procede.
Glas, que fue vicepresidente de Rafael Correa (2007-2017), estuvo en la cárcel entre 2017 y 2022 por casos de asociación ilícita y cohecho, aunque reivindicó su inocencia luego de que la Justicia de Brasil anulara pruebas del entramado de corrupción de la constructora Oderbrecht que apuntaban contra él.
El exvicepresidente recuperó la libertad en 2022, pero la Fiscalía de Ecuador ordenó en diciembre pasado su localización y detención por estar inmerso en una investigación de supuesta malversación de fondos en la reconstrucción de una provincia afectada por un terremoto en 2016.
Glas logró evitar la detención al refugiarse en la Embajada de México en quito, donde fue acogido como «huésped» hasta que se resolviera el trámite sobre su petición de asilo.
El exvicepresidente de Correa es también un seguidor del denominado Socialismo del Siglo XXI, una corriente progresista fuertemente criticada por grupos y Gobiernos de derechas.