Más de la mitad de las mujeres migrantes en México citan las agresiones y las amenazas directas como la mayor razón por la que dejaron sus países, por lo que la violencia doméstica es también motivo de su éxodo, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

El fenómeno es palpable tanto en la frontera norte, en Tijuana, como en el límite sur, en Tapachula, donde mujeres contaron a EFE que han escapado acompañadas de sus hijos por el miedo de morir en sus lugares de origen.

La hondureña María, quien omitió su nombre real por seguridad, lleva cinco meses en Tijuana tras salir de San Pedro Sula por amenazas de grupos criminales que la extorsionaron por sus negocios.

«Me dolió dejar mi país, mi país es bello, pero el problema en Honduras es que se está manejando bastante el crimen organizado, hay muchos compatriotas que también han dejado sus tierras para venirse a Estados Unidos», comentó a EFE.

La mujer aseguró que el trayecto fue difícil porque al viajar en autobús desde Monterrey, en el norte de México, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) amenazaron con quitarle a su hija y hacerle pruebas de ADN.

«Yo le clamaba al señor de que me pudieran soltar y me dejaran ir y sí vi la mano de Dios esa ocasión porque ellos me acusaban de que yo traía a mi hija para trata de personas, que la venía a vender aquí a Tijuana», relató María.