La policía turca ha decomisado en una mansión de Estambul más de 400 ejemplares de animales disecados, muchos de ellos especies protegidas y en peligro de extinción, abatidos por un cazador turco en varios continentes, informa este martes la prensa turca.
El cazador, Ali Ü., abatió esas piezas durante viajes a 30 países en los seis continentes, y los había introducido en Turquía de forma clandestina en avión privado, informa la agencia turca Anadolu, citando fuentes policiales.
Aunque algunas son especies cinegéticas normales, otras son protegidas e incluso al borde de la extinción, como el tigre, por lo que Ali Ü. fue detenido como sospechoso de delitos contra el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y de contrabando.
Además, en la casa se hallaba una piel de tigre que según afirmó el propio cazador es la del último tigre abatido en Turquía, concretamente en la provincia suroriental de Hakkari, donde una subespecie de este felino, hoy extinta, sobrevivió al menos hasta 1970 pero posiblemente hasta la década de 1990.