El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump, por separado, visitan la frontera de Texas con México para avanzar sus campañas a la elección de noviembre culpándose mutuamente por no resolver los problemas de la inmigración.
El mandatario estadounidense se reunirá con miembros de la Patrulla Fronteriza y las autoridades y líderes locales en Brownsville, el único puerto marítimo fronterizo con México, que se ha visto agobiado por el aumento de la llegada de migrantes.
Mientras, Trump estará a 500 kilómetros al noreste en Eagle Pass, donde el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, ha instaurado varias medidas que retan el poder federal sobre inmigración.
Ambos líderes enfocarán sus discursos en la necesidad de reformar las leyes migratorias y controlar la masiva llegada de extranjeros por la frontera sur del país.
Un sondeo de Gallup revelado el martes encontró que la inmigración se ha convertido en el tema de mayor preocupación de los estadounidenses con un 28 %, y el 55 % dice que «el gran número de inmigrantes que ingresan ilegalmente a Estados Unidos» son una amenaza crítica para los intereses vitales del país.