Luego de las afirmaciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tildando de calumniador al periodista Tim Golden por el reportaje en ProPublica sobre el narcofinanciamiento, el medio respondió en un artículo.
Se titula el artículo “El presidente mexicano López Obrador atacó nuestro artículo como ‘una calumnia’ y a nuestro reportero como ‘un peón’. Aquí presentamos algunos hechos”, escrito por el editor en jefe Stephen Engelberg y traducido al español por Carmen Méndez.
Caso cerrado… por motivos político-diplomáticos.
Gracias a la información recabada de cómo el Cártel de Sinaloa habría supuestamente financiado la campaña presidencial del 2006 a través de personas cercanas a López Obrador, había agentes de la DEA que “quisieron proceder con un operativo encubierto más elaborado en México”.
“Pero los funcionarios de Justicia (el Departamento de Justicia, DOJ, la Fiscalía de EE.UU.) rechazaron ese plan a finales del 2011, en parte por temor a que incluso un proceso legal exitoso realizado en los Estados Unidos podría ser visto por los mexicanos como una injerencia estadounidense intolerable en su política”, subraya ProPublica sobre los documentos a los que tuvieron acceso.
“El caso se cerró” y hasta donde conocen en el medio, ya nadie intentó investigar los posibles vínculos del narcotráfico con López Obrador o su entorno.
Ante el reto del Presidente para que el reportero Tim Golden vaya a la Conferencia Matutina en Palacio nacional, ProPublica responde que “Golden no va a contestar preguntas” y “aunque quizás Golden disfrutaría el debate, no va a aparecer en la Mañanera”.
Esto debido a que Golden “hizo múltiples esfuerzos antes de la publicación del artículo para incluir la perspectiva de López Obrador” y aunque contactaron a Jesús Ramírez, vocero presidencial, nunca recibieron la respuesta prometida por él.
Defiende la publicación.
El medio contó cómo fue el proceso para obtener la información y finalmente publicarla.
Vuelve a relatar que un abogado del narco en México trabajaba como informante d ela DEA y en el año 2010 le narró a los agentes cómo él “le dio la mayor parte de los fondos a un operador de la campaña de 2006 de López Obrador, Mauricio Soto Caballero”.
El informante invitó a Soto “a que entrara en un negocio de cocaína de poca monta” y “Soto aceptó trabajar de forma encubierta para los americanos para evitar la prisión federal”.
“Al final, Soto y otros tres testigos adicionales confirmaron a la DEA las declaraciones del abogado del narcotráfico”, incluso “la DEA mandó a Soto a grabar secretamente dos conversaciones con el hombre a quien dijo haber dado la mayor parte del dinero de los narcotraficantes, Nicolas Mollinedo Bastar, uno de los hombres más cercanos de López Obrador”.
AMLO tiene cómo presionar a EE.UU.
“Los funcionarios de Estados Unidos comprenden que la administración de López Obrador podría responder a cualquier acción penal contra sus funcionarios relajando su control sobre los migrantes en la frontera”, apunta la publicación.