En el marco del Día Internacional de la Educación, este 24 de enero de 2024, la Unesco ha emitido un llamado global a la reflexión sobre el papel fundamental que desempeña la educación y los docentes en la lucha contra el discurso del odio. En un mundo marcado por una creciente ola de conflictos violentos, la discriminación, el racismo, la xenofobia y la incitación al odio, la educación, señala, se erige como un pilar esencial para la construcción de sociedades pacíficas y justas.

La Unesco, en su Recomendación sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible, destaca la necesidad de un compromiso activo con la paz, considerándolo más urgente que nunca. En este contexto, el aprendizaje para la paz se presenta como un componente transformador que equipa a los estudiantes con los conocimientos, valores, actitudes, competencias y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus comunidades.

Sin embargo, este llamado a la paz se da en un momento en que México enfrenta una situación alarmante: el acoso escolar o bullying. Y es que el país se sitúa en los primeros lugares a nivel internacional en violencia escolar, según alerta Silvana Giachero Castaño, presidenta de los Congresos Internacionales sobre Mobbing y Bullying.

Datos recientes de la ONG «Bullying Sin Fronteras» indican que 7 de cada 10 niños mexicanos sufren algún tipo de acoso, contribuyendo a una problemática que afecta no solo la convivencia estudiantil, sino también la salud mental y física de los jóvenes.

El bullying, entendido como cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico reiterado entre escolares, se manifiesta de manera especialmente cruel en casos recientes. Un ejemplo lamentable es el caso de Norma Lizbeth, una estudiante de 14 años que, tras meses de ser víctima de bullying, sufrió agresiones que resultaron en un traumatismo craneoencefálico fatal. Este trágico incidente resalta la urgencia de abordar el problema de manera integral.

Expertos y organismos, como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), resaltan la persistencia del bullying en niveles educativos diversos. Se evidencia que no se trata de un hecho aislado, sino de un fenómeno arraigado que requiere una atención seria y efectiva. La falta de estadísticas gubernamentales y la escasa aplicación de leyes y protocolos para combatir el acoso escolar son un claro llamado de atención sobre la necesidad de una estrategia nacional coordinada.

La Unicef señala que factores como el buen desempeño de la paternidad, el desarrollo de vínculos afectivos y una disciplina no violenta pueden favorecer la protección de los niños contra la violencia, tanto en el hogar como en otros entornos. La cohesión social también se destaca como un factor protector, indicando la importancia de un esfuerzo conjunto entre el gobierno, la sociedad y las instituciones educativas para enfrentar el problema.

UNA RELEVANCIA AÚN MAYOR

En este contexto, la celebración del Día Internacional de la Educación adquiere una relevancia aún mayor. No solo se trata de reconocer la importancia de la educación para la construcción de un mundo pacífico, sino también de enfrentar los desafíos que obstaculizan este objetivo, puntualiza la Unesco, realizando un llamado claro: «la educación debe ser un vehículo para la paz, la inclusión y el respeto, contrarrestando el discurso del odio y promoviendo la convivencia armoniosa».

Cabe resaltar que, según especialistas consultados por el Gobierno del Estado de México, la ausencia de información y la falta de datos gubernamentales específicos sobre el bullying en el país resaltan la necesidad de una intervención más profunda y coordinada.

De acuerdo con sus señalamientos, la sociedad mexicana enfrenta la normalización de la violencia entre los jóvenes, lo que refleja un problema más amplio, arraigado en la cultura y la sociedad, que proyecta como urgente que los esfuerzos para prevenir, sancionar y erradicar el acoso escolar vayan más allá de simples protocolos e involucren a diversas instancias gubernamentales.