Según los medios locales, el número de los muertos por el colapso de la mina de Mali, suma alrededor de 80 personas, el hecho ocurrió este pasado viernes 19 de enero, sin embargo, no había sido reportado por el ministerio de minas hasta este día.
Testigos de la zona explicaron que esta mina, situada en la aldea de Kobada, suele estar cerrada por orden del Gobierno en la temporada de lluvias, especialmente entre julio y agosto, a causa de los peligros que pueden correr los trabajadores esos meses.
Además, la mina se mantenía cerradaoficialmente desde verano, pero era explotada de forma irregular por mineros artesanales, informaron a EFE fuentes locales y municipales.
En el reporte del ministerio de Minas, en la que solo se informa de «varios muertos» sin detallar el número, el titular de este departamento, Soussourou Dembele, manifiesta sus condolencias a las familias de los fallecidos y al pueblo de Mali, en nombre del Gobierno y del presidente de la transición, el coronel Assimi Goïta.
Asimismo, indica que continúan las operaciones de rescate y las correspondientes diligencias de las autoridades, en coordinación con los servicios de protección civil, y que una delegación del Ministerio se ha desplazado al lugar del suceso.
El ministro lamentó el accidente y pidió a las comunidades que viven cerca de las minas y a los mineros que respeten las medidas de seguridad y que trabajen solo en las zonas habilitadas para la extracción de oro.
La explotación de minas por parte de jóvenes que buscan dinero en este tipo de trabajo es habitual en Mali, en ocasiones de forma irregular y sin control.
Para extraer el oro los mineros usan explosivos, así como ácidos y cianuro, y no aseguran los túneles de manera fiable, con lo que este tipo de derrumbes ocurren con cierta asiduidad.