La cifra de personas desaparecidas por el fenómeno bajó a 103 de 195, de acuerdo a la información proporcionada por responsables de la región central de Ishikawa, que fue el lugar del epicentro del sismo de magnitud 7.5.
El sismo, que ocurrió el día de Año Nuevo, derribó edificios y negocios, generó incendios y provocó grandes olas en el mar, lo cual concluyó con grandes daños en la zona, por lo que miles de rescatistas de todo Japón han ido a apoyar en las labores de auxilio.
Además, la zona ha enfrentado nevadas los últimos dos días, complicando aún más las operaciones de rescate, añadiendo las dificultades por los cortes de carreteras, un gran número de deslizamientos y la carencia, en algunas zonas, de agua y electricidad.
«La primera prioridad ha sido rescatar a las personas que se encuentran bajo los escombros y llegar a las comunidades aisladas», declaró el primer ministro Fumio Kishida en una entrevista con NHK este domingo
El ejército y el gobierno han apoyado a las labores enviando pequeños grupos de tropas a pie a cada una de las comunidades aisladas, así como helicópteros y policías con la finalidad de que se llegue a todas los grupos necesitados.