Los investigadores han encontrado la pieza del fuselaje que se desprendió de un avión Boeing de Alaska Airlines el pasado viernes, lo que podría brindar evidencia física sobre qué fue lo que falló. El enorme agujero en el costado del avión se abrió en el lugar donde se encontraba un tapón de puerta que cubría una salida de emergencia que la aerolínea no utiliza.

Estos tapones se encuentran en la mayoría de los jets Boeing 737 Max 9, y la Administración Federal de Aviación ha ordenado que estos aviones permanezcan en tierra hasta que se realicen inspecciones en el área que rodea al tapón.

Algunos aviones Boeing 737 de mayor tamaño tienen salidas de emergencia en los fuselajes detrás de las alas, para cumplir con los requisitos de evacuación en caso de emergencia. Sin embargo, Alaska Airlines y United Airlines configuran sus 737 Max 9 con menos de 180 asientos, por lo que no necesitan las salidas adicionales en el centro de la cabina. En su lugar, utilizan tapones permanentes del tamaño de una puerta de emergencia.

No solo los aviones Max 9 tienen estos tapones, sino que también se pueden encontrar en otras versiones de aviones Boeing, como el 737-900 y el Max 8.

La empresa Spirit AeroSystems, proveedora de Boeing, confirmó que instaló los tapones en los jets Max 9, incluido el avión de Alaska Airlines involucrado en el incidente. Sin embargo, tanto Spirit AeroSystems como Boeing se han negado a hacer comentarios adicionales sobre el tema.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) ha iniciado una investigación que probablemente durará más de un año. Los investigadores examinarán el tapón de la puerta de salida, así como otras partes del avión, para determinar las posibles causas del incidente.

En casos anteriores, se han registrado aperturas en el fuselaje de aviones debido a la fatiga del metal en la capa de aluminio que cubre la aeronave. Estos incidentes han llevado a la implementación de reglas más estrictas para inspeccionar y reparar grietas microscópicas antes de que se conviertan en problemas más graves durante el vuelo.

La investigación aún está en curso y se espera que los resultados revelen información importante sobre la seguridad de los aviones Boeing y las medidas necesarias para prevenir incidentes similares en el futuro.