Belén, el lugar de nacimiento de Jesús, se encuentra en medio de la oscuridad y la tristeza debido a la cancelación de las celebraciones navideñas a causa de la guerra entre Israel y Hamás.

La plaza del Pesebre, normalmente llena de luces festivas y un árbol de Navidad, estaba vacía y desolada.

Los turistas extranjeros, que suelen congregarse en esta época del año, brillaban por su ausencia.

A pesar de que algunas tiendas de regalos abrieron tarde, apenas había visitantes.

Este año, la falta de decoraciones navideñas ha dejado a Belén sumida en la oscuridad.

El fraile John Vinh, un monje franciscano de Vietnam que vive en Jerusalén, expresó su tristeza al ver la plaza del pesebre sin el árbol de Navidad y sin luces.

En lugar de alegría y color, solo hay alambre de espino y adoquines grises que no reflejan ninguna luz.

Mientras tanto, en un pueblo de Colorado, se ha creado una red de apoyo para combatir el miedo y la soledad que enfrentan los migrantes.

Esta iniciativa busca brindarles un ambiente acogedor y solidario en medio de sus dificultades.

A pesar de la tristeza que rodea a Belén este año, es importante recordar el verdadero significado de la Navidad y mantener la esperanza de un futuro mejor.

Aunque las celebraciones se cancelaron debido a la guerra, la fe y el espíritu navideño perduran en los corazones de las personas.