Israel intensifica sus ataques en el sur de la Franja de Gaza tras haber asegurado el control casi total en el norte, mientras promete una guerra de «meses» que logre su objetivo de destruir a Hamás, pese a que el enclave palestino vive una crisis humanitaria sin precedentes y registra casi 21.000 muertos.
«Las Fuerzas de Defensa de Israel están a punto de completar el desmantelamiento de los batallones de Hamás en el norte de la Franja de Gaza. Hemos matado a muchos terroristas y comandantes de Hamás, algunos se rindieron a nuestras fuerzas y cientos fueron hechos prisioneros», indicó en conferencia de prensa Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor de Israel.
El militar aseguró que sus tropas se concentran «en el sur de la Franja, en Jan Yunis», un bastión miliciano donde se cree que se esconden los líderes del grupo islamista Hamás.
«La guerra continuará durante muchos meses más y actuaremos de diversas maneras, de modo que el logro se mantenga en el tiempo. No existen soluciones mágicas ni atajos para el desmantelamiento fundamental de una organización terrorista, excepto la lucha persistente y decidida, y estamos muy, muy decididos», subrayó.
La guerra estalló el 7 de octubre tras un masivo ataque de Hamás que incluyó el lanzamiento de cohetes y la infiltración simultánea de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 250 en las poblaciones cercanas a Gaza.
Desde entonces, el Ejército de Israel mantiene una fuerte ofensiva por aire, tierra y mar contra el enclave palestino, donde ya suman casi 21.000 los muertos y 55.000 los heridos.
Los combates cuerpo a cuerpo en la Franja de Gaza dejaron en las últimas horas otros tres soldados muertos de entre 26 y 33 años, uno de ellos cayó en el centro del enclave y los otros dos en el norte.
Esto eleva a 495 el número de soldados israelíes muertos desde que estalló la guerra, de los cuales 161 perdieron la vida en la incursión terrestre a la Franja, que se inició el 27 de octubre.
Presión internacional
«Continuamos la guerra y estamos intensificando los combates en el sur de la Franja de Gaza y en otros lugares. Lucharemos hasta el final, con la ayuda de la tecnología más avanzada», dijo el primer ministro, Benjamín Netanyahu, tras una visita a la División de Inteligencia en Kirya, Tel Aviv.
Netanyahu insiste en continuar la dura ofensiva contra Gaza pese a una creciente presión, interna y externa, para un cese el fuego.
Francia pidió este martes a Israel un alto al fuego y exigió «medidas concretas» para proteger a los civiles de Gaza, donde casi todos los habitantes se encuentran desplazados, en medio de una crisis humanitaria sin precedentes por el colapso de los hospitales, el brote de epidemias y la escasez de agua potable, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.
Incluso Estados Unidos, principal socio de Israel y que ha vetado resoluciones en la ONU que piden un cese el fuego, intenta retomar con Catar una mediación para lograr una tregua como la que ocurrió durante siete días en noviembre, y que permitió la liberación de 105 rehenes y la entrega de ayuda humanitaria en Gaza.
Por otro lado, las familias de los cerca de 129 rehenes que siguen en Gaza también están exigiendo un cese el fuego para proteger a sus seres queridos, pues varios de ellos han muerto en cautiverio.
Solo este martes, al menos 241 personas murieron y otras 382 han resultado heridas por ataques del Ejército de Israel en Gaza, pero las cifras podrían ser mayores y no haberse dado a conocer ya que las telecomunicaciones volvieron a colapsar por completo en el enclave palestino.