Un combativo Donald Trump se enfrentó repetidamente este lunes con el juez en su comparecencia por un caso de fraude financiero en Nueva York que amenaza con paralizar su imperio inmobiliario. El expresidente estadounidense, de 77 años, está acusado de inflar el valor de sus activos para beneficiar a su empresa familiar, en uno de los múltiples casos que puede alterar su pretensión de volver a la Casa Blanca el próximo año.
«Esto no es una manifestación política», le recriminó en medio de su comparecencia el juez de la Corte Suprema de Nueva York Arthur Engoron, tras advertirle que fuera breve en sus respuestas. «Por favor, sólo responda las preguntas, nada de discursos», dijo Engoron antes de pedir a uno de los abogados del magnate que «controle a su cliente».
Trump, el primer expresidente de Estados Unidos que sube al estrado como acusado en un proceso judicial en más de un siglo, se quejó en su testimonio de lo que calificó como un «juicio muy injusto» y «loco» llevado a cabo por los demócratas que, dijo, iban por él «desde 15 lados diferentes».
El multimillonario llegó a las 10:00 (15:00 GMT) al tribunal de justicia del sur de Manhattan y arremetió de nuevo ante los medios de comunicación contra la fiscal general de Nueva York, Letitia James, que reclama 250 millones de dólares de multa. Testificando bajo juramento, Trump desestimó las acusaciones de que las declaraciones de la situación financiera de la compañía eran fraudulentas y dijo que «en realidad no eran documentos a los que los bancos prestaran mucha atención».
Aseguró que tampoco se tuvo en cuenta el valor de la «marca Trump». «Me convertí en presidente gracias a mi marca», respondió a preguntas de Kevin Wallace, abogado de la fiscalía general de Nueva York.
Antes de subir al estrado, Trump, favorito para ser el candidato presidencial republicano en 2024, habló con los periodistas fuera de la sala del tribunal y denunció el caso como una «interferencia electoral». «Es una situación muy triste para nuestro país», dijo. «Suele tener lugar en países del tercer mundo y repúblicas bananeras».
Tanto James como Engoron son blanco de la ira del republicano desde que se inició este juicio a principios de octubre. El magistrado le ha impuesto dos multas, de 5 mil dólares y 10 mil dólares, al dictaminar que la exestrella de la telerrealidad había violado una orden de silencio impuesta después de que arremetiera contra la secretaria judicial en las redes sociales.
El magnate ha calificado este caso de «la mayor caza de brujas de la historia del país» y dijo que James está «fuera de control». «Al final, lo único que importa son los hechos y los números. Y los números, amigos míos, no mienten», dijo este lunes James al llegar a la corte. Hasta ahora han declarado dos de sus hijos -Donald Jr y Eric, ejecutivos de la Organización Trump, un conglomerado que gestiona rascacielos, hoteles de lujo y clubes de golf en todo el mundo.
Antes del juicio, Engoron había dictaminado que la oficina de James había mostrado «pruebas concluyentes» de que Trump había exagerado su patrimonio neto en documentos financieros entre 812 millones y 2.200 millones de dólares entre 2014 y 2021. Como resultado, el juez ordenó la liquidación de las empresas que gestionaban los activos en cuestión, como los rascacielos de la Torre Trump y del 40 de Wall Street, en Manhattan, entre otros bienes.