El ministro de Patrimonio, Amichay Eliyahu, dijo en una entrevista en la radio que no estaba totalmente satisfecho con el alcance de las represalias israelíes en el enclave palestino tras el brital ataque de Hamás el pasado 7 de octubre.

A la pregunta del periodista sobre si la manera de solucionar esto sería “una especie de bomba nuclear” en toda la Franja de Gaza para “matar a todo el mundo”, el ministro respondió: “es una opción”.

«En una guerra, se tiene que pagar un precio. ¿Por qué las vidas de los rehenes (..) son más importantes que las de nuestros soldados?», señaló.

La oficina de Netanyahu se apresuró a reaccionar y denunció declaraciones “desconectadas de la realidad”.

Del mismo modo, suspendieron la participación del ministro a las reuniones del gobierno “hasta nueva orden”.