El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha revelado este martes sus prioridades legislativas para el nuevo curso parlamentario, como nuevas licencias para la extracción de hidrocarburos del mar del Norte, antes de la celebración en los próximos meses de unas elecciones generales.
Como marca la tradición, ha sido Carlos III quien ha leído el programa gubernamental en su solemne Discurso del Rey ante el Parlamento, con el que queda inaugurado el periodo de sesiones 2023-24, el último hasta esos comicios, previstos para 2024.
Aunque algunos proyectos de ley estaban ya anunciados y otros quizás no llegarán a tramitarse, Sunak, que accedió al poder el 25 de octubre de 2022 sin pasar por las urnas, ha querido poner sobre la mesa medidas con las que confía en ganarse al electorado.
ÉNFASIS EN HIDROCARBUROS
En una de las iniciativas más destacadas, Carlos III ha anunciado un nuevo sistema de concesión de licencias anuales para la producción de petróleo y gas en el mar del Norte, a pesar de que, según los expertos, esos yacimientos están en declive y no garantizarán la autosuficiencia del país.
El Ejecutivo, que anteriormente convocaba licitaciones de vez en cuando, pretende «fortalecer la seguridad energética del Reino Unido y reducir la dependencia de los volátiles mercados energéticos internacionales y los regímenes extranjeros hostiles», ha dicho en su nombre el soberano, en su primer Discurso del Rey.
Según adelantó el Gobierno el pasado fin de semana, su intención es que la Autoridad de Transición del Mar del Norte (NSTA), el regulador del sector, pueda abrir una ronda anual de concesión de licencias a empresas petroleras que lo soliciten, si bien deberán cumplirse una serie de requisitos.
Por una parte, deberá estimarse que el Reino Unido importará más petróleo y gas del que produce en casa, y por la otra, deberá demostrarse que las emisiones de carbono asociadas con la producción de gas en el mar del Norte son menores que las equivalentes del gas natural licuado importado.
El rey también anunció un endurecimiento de las sentencias para los delincuentes más peligrosos, como violadores y asesinos, y más competencias para la Policía y los servicios secretos para confrontar «delitos complejos» como los que se sirven de la tecnología.
Otro proyecto de ley gubernamental prohibirá la venta de tabaco progresivamente, de modo que se calcula que la generación que ahora tiene 14 años no llegarán a poder comprarlo, y se creará un regulador para el fútbol profesional.
«RETOQUES PATÉTICOS»
En el discurso de 11 minutos, el primero por un rey varón desde el de Jorge VI -padre de la fallecida Isabel II- en 1950, Carlos III ha señalado que «el impacto de la covid y la guerra en Ucrania han creado importantes desafíos a largo plazo para el Reino Unido», que el Gobierno conservador de Rishi Sunak quiere confrontar.
El primer ministro ha defendido que su programa representa su visión para «un Reino Unido mejor», si bien la oposición laborista lo ha tildado de un «conjunto de retoques bastante patético».
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, favorito para ganar las próximas elecciones, ha declarado que «los conservadores no pueden arreglar el país porque ya han fracasado» durante 13 años en el poder.
La ceremonia de apertura del curso legislativo, llena de pompa y circunstancia como es tradición, fue recibida con protestas de manifestantes republicanos a las puertas de las Casas del Parlamento, en el centro de Londres.
Los ciudadanos, convocados por la organización Republic, enarbolaron sus distintivas pancartas amarillas cuando pasó por delante, procedente del Palacio de Buckingham, la procesión real, encabezada por los reyes Carlos y Camila en un fastuoso carruaje.
Uno de los presentes, Steve Allan, dijo a EFE que protestaba porque Carlos III «no es su rey», dado que «no lo eligió».
«La monarquía es un legado del pasado que no tiene lugar en una democracia», sostuvo, y confió en que «protestas como esta atraigan a más gente a defender el republicanismo».
Tras el Discurso del Rey, la Cámara de los Comunes (baja) empezará esta tarde un debate de varios días, que culminará con una votación en principio la semana próxima.